jueves, 8 de mayo de 2008

Los "Testigos de Archi"




Ayer, mientras contemplaba el altiplano desde el asiento del bus con destino a Oruro, una llamada telefónica me sacó completamente de dicho contexto. Era de la periodista Mabel Franco quien, seguramente para su reportaje de este fin de semana, me pregunto qué comics había tenido el hábito de leer durante mi vida. La verdad es que deje de hacerlo hace mucho, de modo que mis referencias eran de mi niñez/adolescencia. Probablemente los que mencioné sean los mismos que cualquier tío de mis años.

Como no todos los días le preguntan a uno sobre sus cómics de cabecera, y ya que se me lo hacía decidí "ir más allá" y le conté a la amiga periodista una ocurrencia de hace unos años.

De niño era ávido lector de "Archi", esa historieta que nació en los años 40 y dejó de hacerlo en los 80's. Literalmente, "Archi" desapareció del mapa sin que a nadie le causara mayor pena. Es que los personajes y la historieta misma quedaron totalmente out con la irrupción de tiras más acordes con los nuevos tiempos. En fin, que Archi y sus amigos eran unos cuadrados totales; en realidad siempre lo fueron pero algún encanto tendrían para mantenerse unas décadas en el gusto de los lectores de cómics.

El caso es que no solo salió de circulación, sino que parecía haberse borrado de la memoria de la gente, especialmente de la de los vendedores de revistas y, lógicamente, de los nuevos vendedores de revistas que ni siquiera habían escuchado el nombre de ésta.

Se me ocurrió, por pura gana de hinchar la pelotas, salir a comprar "Archi" en las revisterías paceñas: "¿Tiene "Archi"? 0 "¿le llegó "Archi"? eran mis provocadoras preguntas. Por respuesta sólo recibía miradas tipo "joven, ¿qué ha estado usted fumando?" o desconcertantes gestos que seguramente significaban "este tipo ha permanecido en estado catatónico los últimos 20 años". Buena parte de los revisteros decía no conocer tal historieta y yo los animaba a "recordarla" (obviamente, no se puede puede recordar algo que no se ha conocido) dándoles referencias de los personajes -¡Torombolooooo!, ¡Verónicaaaaa!- y nada de nada.

Pensé de pronto que las religiones se inventan para perpetuar el recuerdo de alguien a través de cultos y mitos que se popularizan entre los adherentes de las mismas. Y ante la afrenta de constatar que Archi estaba a punto de pasar al anonimato, decicí inventar -imaginar sería más apropiado- una religión dedicada a su preservación; la llamo Los "Testigos de Archi" y proclama la segunda venida del jovencito pelirrojo. De momento la Iglesia tiene un solo devoto: YO.

2 comentarios:

Nicolás Peña dijo...

Por fin.......ya era hora del Blog. Felicidades. Yo tambien leia Archi, es mas, era mi apodo.

El Educas dijo...

Que bueno tenerte en este universo de virtualidad. Te hiciste esperar mucho, pero como tú me enseñaste: "larga vida y piernas calientes".
Un abrazo,