jueves, 22 de noviembre de 2012

El desafío post censal


Como se temía, ¡y no se diga que no se lo advirtió!, la jornada censal ratificó los análisis que sostenían que el proceso de empadronamiento se realizaba con absolutas desorganización e improvisación.

Ya no desde la lectura intelectual del asunto, sino desde la posición de sujeto del mismo –vale decir, desde la experiencia de haber sido censado-, no se puede hacer más que reiterar tales conceptos.

Con total propiedad se puede decir que el Censo 2012 no estuvo a la altura del comportamiento de la mayor parte de los ciudadanos –salvo aquellos que, alentados por las propias autoridades y por temor a represalias, abandonaron las ciudades en las que desarrollan sus actividades y retornaron a sus pagos de fin de semana para ser empadronados en ellos, distorsionando, de esta manera, la denominada foto poblacional-, quienes acataron las disposiciones de esa suerte de toque de queda que fue la jornada del 21.

En el caso personal de quien escribe y de su compañera, sucedió que casi se quedan sin ser contados: a las 17:00, ésta llamó al centro de consultas y, veinte minutos más tarde, un agente censal poco preparado llegó a nuestro domicilio. Sin esa llamada, el INE habría omitido a dos – multiplique por los varios casos similares- mestizos bolivianos. Finalmente, entre borrones y omisiones del propio diseño de la boleta, pasó este re-cuento.

Con todo, a trancas y barrancas, los números de la especie censal hablarán de reasignación de escaños parlamentarios y de redistribución de recursos de coparticipación con lo que ya nos encontramos ante el desafío post censal de reordenar la casa.

Como primera prioridad, se debe, como lo manifiesta Samuel Doria Medina, proceder a la validación del proceso, control post censal mediante, para cerciorarse que el margen de error no llega a márgenes de descertificación de los resultados.

Ello, ya con los anuncios de batalla por recursos y representatividad instalados en la agenda pública. En mi criterio, atenido a la letra de la CPE, tanto lo uno como lo otro –con miras a la ley financial y a las elecciones venideras- debe materializarse en este tiempo político y no posponerlos a conveniencia del régimen.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Nos va a costar Caro

De salir, va a salir; ¡pero nos va a costar Caro!. Estoy, por supuesto, hablando del dichoso Censo Nacional de Población y Vivienda a realizarse en breve. 

 Como si de una profecía autocumplida se tratara, este empadronamiento, que debió haberse efectuado hace un año, hará realidad nuestras peores pesadillas sobre la materia. 

 Por fortuna, las cosas que uno escribió previniendo lo que se venía están a disposición de cualquiera a sola pulsación (click) de una tecla. Es así que vuelvo sobre mi texto publicado en 2010 –“Censo 2011”- y encuentro que mis temores –que eran los de muchos- se justificaban a plenitud.  

“El censo 2011, bien hecho, puede resolver tal controversia, mas, temo que al Gobierno no le haga mucha gracia un dato que pondría en entredicho la base de sustento de su discurso”, escribía sobre la inclusión de la opción “mestizo” en la boleta censal. 

 Dicho y hecho. El régimen “le metió nomás” y tendremos un censo político, antes que técnico, destinado a eliminar estadísticamente a la mayoría de la población. 

 Pero, al margen de este medular tema, ni el más recalcitrante opositor imaginó que todo lo que rodearía al verificativo del censo estuviera signado por la improvisación, la mala fe, la desinformación y la sospecha –“virtudes” del régimen todas ellas-. 

 Mi colega Julio Aliaga, como robándome letras, ya escribió una columna –“Mamarrachos”- muy ilustrativa sobre el asunto. Pero si se la pasó, recojo un par de líneas de la misma: “hay preguntas que son innecesarias y otras fundamentales no están” y “la testarudez de no querer enfrentar el tema de nuestra identidad, como país mestizo y transcultural, porque pone en entredicho la fábula del país indígena que la hegemonía aymara quiere instaurar en nuestro imaginario”. 

 Podía haberse supuesto que el año extra que tuvo el régimen para organizar el censo se lo aprovecharía para no dejar sombras de duda sobre la idoneidad del mismo. Contrariamente, este tiempo fue usado para consumar la farsa. 

 Si no fuera que los municipios están en sus propias campañas para que los ciudadanos se empadronen, el fiasco hubiera terminado peor de lo que finalmente lo hará –aunque no faltará quien dirá que fue “el mejor censo de la historia”-. Y el régimen, el mejor censor de la historia, agrego.

martes, 6 de noviembre de 2012

FoTIPNIS

Ayer nos dimos una vuelta por la exposición "En defensa de la Loma Santa", fotografías de Jaime Zapata tomadas mientras participaba tanto de la octava como de la novena marcha en defensa del TIPNIS.

Esta expo se extenderá hasta el lunes 12 y tiene por objeto recaudar fondos para financiar la compra de un sistema radiante que posibilite que los habitantes del TIPNIS transmitan lo que, por el difícil acceso a la zona, los medios citadinos no pueden hacer y contrarrestar la "información" oficial que proclama haber derrotado al TIPNIS.

La galería L'atelier donde se exhiben estas fotografías -muy buenas, por cierto- está en la calle Rosendo Gutiérrez, casi esquina Ecuador.