viernes, 28 de agosto de 2009

LA NÁUSEA




¡Qué Semana la que concluye! Todavía estoy anonadado por los dos hechos que la marcaron.

Por un lado, el insólito comunicado del Poder Electoral advirtiendo al Ejecutivo que
si YPFB no invierte cierta cantidad de recursos, inhabilitaría al presidente Morales como candidato a la primera magistratura. ¡Habrase visto tal grosería! pero, ¿quién se ha creído el presidente del órgano electoral para amenazar con represalias al gobierno si éste no satisface sus designios en materia energética? Es que no se puede aceptar semejante intromisión en asuntos que no le competen. La Corte debería limitarse a atender sus propios asuntos, como el registro biométrico, y hacerlos lo mejor posible, y no andar fijando metas de desarrollo económico.

Por otro lado, y con una desfachatez semejante sino mayor, el Poder Judicial ha conminado también al Ejecutivo a romper relaciones con Perú so pena de atenerse a las consecuencias que, entre otras, podrían ser la destitución de la ministra de Justicia y la no autorización para la compra de un satélite.

¿Verdad, estimado(a) lector(a), que puesto de esta manera ambos improbables casos serían absolutamente nauseabundos además de disparatados?

Entonces, ¿por qué son posibles actos análogos cometidos por el Poder Ejecutivo respecto de otros poderes? O, dicho de forma menos elegante, ¿qué carajos tiene que hacer el Ejecutivo en materia propias de otros órganos? ¿qué entiende el Gobierno por separación de poderes? Todo parece llevar inexorablemente a una respuesta: la dictadura ha vuelto, esta vez arropada en trapos de democrática apariencia.

Magistrados de la ya precaria Corte Suprema van a ser procesados porque no se han sometido a los dictados gubernamentales y han emitido resoluciones soberanas en uso de su independencia.

El Ejecutivo ha iniciado también, al conjuro del propio tirano, una embestida sobre el Poder Electoral. Lo ha amenazado con que si no llega a registrar cuatro millones de electores en el padrón biométrico, que se olvide del asunto porque el gobierno repondrá el padrón putrefacto –eso de “mixto” es puro eufemismo-.

El presidente del órgano ha salido por sus fueros indicando que el padrón biométrico reflejará la cantidad de electores vivos. En efecto, lo esencial no es que sean mas o menos de 4 millones, sino que éstos sean efectivamente existentes.

El último acto electoral –Referéndum sobre la CPE, enero de 2009- se realizó con un padrón de 3 891 316 nombres y se contabilizaron 3 511 699 votos válidos. El anterior presidente de la CNE admitió que dicho padrón estaba contaminado en un 30%.

jueves, 27 de agosto de 2009

Cajita rústica



Comunidad: Nuestra cajita, "Commedia dell arte". Todos nuestros discos.

miércoles, 26 de agosto de 2009

martes, 25 de agosto de 2009

Cuerdas Vocales: técnica yodel



MARGO SMITH SE EXPLAYA EN EL CANTO YODEL, PROVENIENTE DE SUIZA, HOLANDA Y ALEMANIA.

sábado, 22 de agosto de 2009

Martes 25: chat con Marcelo Varnoux



Como de costumbre, este martes tendremos un chat por www.diariocritico.com a las 11 de la mañana (hora de Bolivia)

Marcelo Varnoux es presidente de la Asociación Boliviana de Ciencia Política.

El tema de su exposición es "Extraterritorialidad y autonomías indígenas".

viernes, 21 de agosto de 2009

lunes, 17 de agosto de 2009

viernes, 14 de agosto de 2009

TIRANO WIPHALAS




La narrativa hispanoamericana, en su vertiente histórica —un cuasi género en sí mismo—, tiene en la novela sobre el déspota latinoamericano —con mayor o menor apego a los hechos— a su subgénero por excelencia, unas veces con el protagonista explícitamente identificado —Rodríguez Francia en Yo, el Supremo (Roa Bastos)—, unas veces sugerido por la descripción —Estrada cabrera en El Señor Presidente (Miguel Ángel Asturias)— y otras como una síntesis de varios, personificados en uno solo —El recurso del método (Carpentier)—. Títulos como La fiesta del Chivo o El otoño del patriarca son caros a los lectores que aprecian esta corriente.

Me atrevo a decir que salvo El Supremo, dictador “progre”, las demás figuras protagónicas responden a la estampa del autócrata latinoamericano, ilustrado o no: ultraconservador, mesiánico, matón, corrupto, paranoico y patriotero. Todos eficaces aplicadores del “método” como lo definiera el cubano.

En el retrato del tirano sintético carpenteriano, para verlo con ojos bolivianos, se pueden reconocer características de un Melgarejo —el caballo del personaje se llama “Holofernes”, tal cual lo hacía el del militarote boliviano— o de un Barrientos.

Un pasaje del Método narra la aversión del régimen hacia la “literatura roja”, color asociado al comunismo. Así, se procedía a incinerar obras con títulos como La semana roja en Barcelona (opúsculo sobre la muerte del anarquista Ferrer), El caballero de la Casa Roja, El libro rojo, La aurora roja (Pío Baroja), La Virgen Roja (biografía de Louise Mitchel), Rojo y Negro (Stendhal), La letra escarlata (Nathaniel Hawtorne), “…exponentes, todos, de una literatura roja, de propaganda revolucionaria…”. No faltó quien sugiriera que La Caperucita Roja corriera la misma suerte.

Ahora bien. Intencionalmente he dejado para este punto la controversia acerca de la primera novela sobre el tema. ¿Qué criterio cuenta, la concepción o la publicación? Si el primero, El Señor Presidente (concebida en 1922 pero publicada recién el 46); si el segundo (esta postura es la dominante), Tirano Banderas, del español Ramón María del Valle-Inclán (1926). “…de aquellas campañas veníale la costumbre de rumiar la coca, por lo que en las comisuras de los labios tenía siempre una salivilla de verde veneno”, se puede leer en la primera parte.

El tipo del personaje de estas tierras ha mutado en el déspota contemporáneo, el caudillo elegido en democracia que, ya en el ejercicio del poder, se empeña en liquidarla para eternizarse en él. Este nuevo modelo de tirano está en busca de su novelista.

¿Dónde está el Valle-Inclán moderno que bien podría titular Tirano Wiphalas a su texto? Por lo general estas obras concluyen con el destierro o la muerte del sátrapa; desgraciadamente, en la versión actualizada terminarían en la desaparición de la república en la que gobernaba el tirano, mientras que éste y sus cómplices acabarían como capos de un cártel de la cocaína. Tal vez por esto nadie se anima a escribirla.

miércoles, 12 de agosto de 2009

lunes, 10 de agosto de 2009

La Caja Negra




La Caja Negra es una pieza de inestimable valor para el coleccionista. Existen muy pocas en el mundo, de las cuales hay 2 en Bolivia. Me precio de ser poseedor de una de ellas.

sábado, 8 de agosto de 2009

Alma Mater


Foto: Puka Reyesvilla

viernes, 7 de agosto de 2009

LosChecos©, entrañables amigos


De izq. a der: José Jorge Saavedra, Nicolás Peña, Gonzalo Mendieta, Robert Brockmann, Puka Reyesvilla

jueves, 6 de agosto de 2009

Ouipala


Idea y composición: Puka Reyesvilla

miércoles, 5 de agosto de 2009

1989-1993: Los años que crecimos en paz

Jaime Paz hizo un gobierno serio y responsable. Yo creo que hizo un gobierno responsable; no me atrevería a calificarlo si muy bueno, pero lo hizo responsable. Y fue un tiempo de paz social, lo manejó muy bien, es un político muy experto”. (Eduardo Pérez Iribarne en radio “Fides”, durante la emisión del 30 de julio de 2003).

Hay coincidencia en afirmar que el de Paz Zamora fue un gobierno bueno, constructivo, sin traumas, ni presos, ni perseguidos. Pero tuvo mala prensa por algunos estamentos de poder donde hubo corrupción” (Ricardo Sanjinés, en su crónica sobre 25 años de democracia).

Al calor de la lucha política, son demasiados los elementos que introducen “ruido” en la realidad como para juzgar a sus protagonistas sincrónicamente. Es el paso del tiempo el que se encarga de separar el trigo de la paja, ya morigeradas las pasiones.

Hace exactamente 20 años Jaime Paz Zamora asumía la Presidencia Constitucional de la República. Lo hacía con malos auspicios: unas elecciones manipuladas, el haber obtenido tan solo el tercer lugar en ellas, un anuncio de “corrida de dólares” y, lo más grave para la todavía fresca memoria sobre las dictaduras, el haber cruzado el “río de sangre” que separaba a la izquierda democrática del banzerismo. Peor inicio no podía haber. Para completar el cuadro, meses más tarde caía el Muro de Berlín y toda una concepción del mundo se venía abajo; como consecuencia de ello, el grueso de los recursos de la cooperación internacional se dirigía a apoyar a las democracias emergentes en el Este de Europa.

Lo que no se suele recordar es que el artículo 90 de la Constitución Política de entonces permitía a los tres primeros optar –en la instancia congresal- a la primera magistratura. Que, una vez en su ejercicio, el Gobierno impulsó la Reforma Electoral que otorgaba autonomía a la Corte. Que, a poco de su gestión, retornaba la confianza en el sistema financiero. Y que hoy puede verse al acuerdo aquel como un gesto de reconciliación entre bolivianos; algo que vuelve a ser deseable por estos días.

En un anterior artículo, me he referido en particular a los acuerdos “Mcal. Andrés de Santa Cruz” del 9 de julio de 1992, la histórica reforma político-institucional. Sólo ese hecho serviría para sellar el paso de ese gobierno, pero hubo mucho más: se desarrolló una gestión sólida y responsable, que gozó de la confianza de la ciudadanía, se dio tratamiento oportuno y eficaz a las demandas sociales, se amplió, como en ningún otro gobierno anterior y sin estridencias, la atención del Estado a los pueblos indígenas, se hicieron extraordinarios avances para convertir a Bolivia en eje de la comunicación biocéanica y centro de la integración energética del continente, se propuso con éxito iniciativas históricas en las Cumbres de Cartagena y San Antonio en las cuales se origina la política de desarrollo alternativo, se planteó en la Iª Cumbre Iberoamericana de Guadalajara, la creación del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, y consiguió crearla e implementarla a partir de la IIª Cumbre Iberoamericana de Madrid, se desbloqueó la construcción de la Hidrovía Paraná-Paraguay, para abrir las puertas del Atlántico a las exportaciones del Oriente del país, se vivió un clima de estabilidad y paz social y se alcanzó, en determinado momento, un crecimiento económico superior al 5%, extraordinario para los estándares de la época y en condiciones de precios de materias primas no del todo propicias.

Un acápite aparte merece la política energética desarrollada en este periodo. Cito nuevamente a Sanjinés: “La Ley (1991) mantenía la soberanía nacional y la plena propiedad del Estado sobre el gas y el petróleo, y establecía contratos de asociación 50-50 por ciento; se firmaron 17 contratos con empresas transnacionales”. Con este nuevo marco legal propicio para la atracción de inversores y con las reservas cuantificadas, en noviembre de 1991, Petrobras y representantes de la industria brasileña visitaron La Paz para definir la exportación de gas natural de Bolivia a Brasil –ya en el acuerdo se otorgaba a Petrobras la concesión para la exploración y explotación de los campos de San Alberto y San Antonio, de acuerdo, por supuesto a los términos de la Ley-.

Para concluir esta breve revista de aquel tiempo, quiero hacerlo con algo de ironía. Es bien sabido que Paz Zamora acuñó aquello de “diplomacia directa” para aludir a su presencia en diversos escenarios externos, en la visión de abrir Bolivia hacia el mundo, lo que le valió la interpelación de los opositores que cuestionaban el “exorbitante” número de sus viajes, lo que le ganó el título de “Presidente viajero”. Curiosamente, varios de sus sucesores, absoluta o proporcionalmente a sus periodos, superaron ampliamente su marca de periplos internacionales, incluido el actual, que parece que se la pasara más fuera que dentro del país. Al respecto, me parece que desde que uno sus viajes a España tuvo el rango de “Visita de Estado” (con embanderamiento de la capital), no se ha vuelto a dar esta figura.

sábado, 1 de agosto de 2009