jueves, 29 de enero de 2015

Un panfleto con gomina

Me hubiera encantado -el llanto sobre el difunto-  terciar en esta materia en su momento, en caliente, y no cuando varios colegas –uno de los cuales calificó como “pajpaku” (charlatán) a quien la puso sobre la mesa- se encargaron ya de desconstruirla y, por supuesto, mandarla a paseo, al extremo de que pasada algo más de una semana desde su propagación, poco o nada queda de aquella.

Me refiero, claro está, al discurso que con motivo de su tercera posesión –doblemente ilegal, por ser resultado de una violación a la CPE y por corresponder a un misterioso “Estado plurinominal”, según la papeleta electoral- pronunció el señor García.

Confieso que no lo escuché mientras lo profería –su tono es tan chocante a mis oídos como el canto de Silvio Rodríguez- pero sí lo leí y no me quiero quedar con las ganas de meterme en la cuestión –por deporte, digamos-.

No cabe duda de que AGL, con su estilo de encantador de serpientes, consigue embelesar a quienes, metidos en su bolsillo, hacen parte de la claque del régimen, misma que, sin detenerse a pensar, viene aplaudiendo las diversas variantes (desvaríos, en muchos casos) que el hombre va introduciendo en su postura discursiva (que no se libra de decirle al interlocutor lo que éste quiere escuchar).

Ocurre que, aisladamente, las intervenciones de García pueden ser simpáticas, coherentes inclusive. Pero resulta que vistas diacrónicamente forman un cuadro muy próximo a la esquizofrenia.

Inventor y adaptador de categorías, deslumbró a las masas con lo del “capitalismo andino-amazónico”, luego arremetió con aquello del “Estado aparente”, deleitó con lo de la “bifurcación”, mareó con la “estrategia envolvente” y entretuvo con “separatismo”,  entre otras majaderías, asimiladas mecánicamente por la gradería.

Y ahora nos trajo otro panfleto con gomina (por lo brillante, aunque de corto efecto): sin arriesgar un mínimo de su zona de confort, retoma (adaptado, eso sí) el determinismo historicista del tránsito a un estadio social cualitativamente superior, la civilización comunitaria, cuya materialización pospone para las calendas griegas en tanto el régimen se encontraría construyéndola  (disfrutando, mientras se pueda, del capitalismo de Estado).

jueves, 15 de enero de 2015

Con pies de barro

La chorrera de dólares, producto de las altas cotizaciones de las materias primas, que sostuvo al régimen, estaría a punto de secarse y con ello comenzaría un nuevo ciclo de restricciones. El discurso del “blindaje” haría colisión con la realidad.

El más parecido tiempo al periodo de bonanza que  está a punto de concluir, fue el del Banzer de facto, aquel en el que le tocó en suerte disfrutar los réditos (políticos incluidos) de las altas cotizaciones y los créditos fáciles que sin duda dieron la sensación de una prosperidad sin límites que también sirvió para anestesiar a una población “satisfecha” y  crédula. “Huguito hercúleo”,  “Golazo, mi General”, “Robustiano Plata”, rezaban algunos eslóganes de  la campaña  del aparato propagandístico montado para ensalzar al caudillo, cuyo aura de señor de la abundancia disminuía en proporción directa a la caída de los precios internacionales. Una herencia de descomunal deuda externa quedó para los gobiernos democráticos que, sumada a la caída sostenida de dichos precios, los tendrían a mal traer. El propio Banzer, en su rol de demócrata, sería presa de la depresión de la economía por tal causa.

¿Eran genios los ministros de hacienda del Banzer dictador? Lo que yo sostengo desde mi época de universitario es que la economía es la ciencia de la escasez por lo que, en consecuencia, al buen economista se lo conoce en los tiempos duros, aquellos en los que asignar recursos requiere una gran dosis de creatividad. Manejar una bonanza beneficiaria de las cotizaciones de las materias primas es tan meritorio como cosechar aplausos cantando medianamente bien un estribillo archiconocido. Habrá que ver cómo le va al cantante a tiempo de entonar  una canción de su propia factura… ¿repetirá el aplauso o se ganará la rechifla?

Lo cierto es que tiempos difíciles se comienza a formar una incipiente base productiva y a promover las exportaciones no tradicionales; llega la fiesta de las buenas cotizaciones y de nuevo al patrón primario exportador, causante de la bonanza con pies de barro tan cara al actual régimen.

No olvidemos que “blindado” proviene del inglés “blind” (ciego).
 

jueves, 1 de enero de 2015

El segundo tiempo

Tanto por la proximidad entre ambas como por lo que está en juego, bien se puede decir que el periodo que va entre las elecciones nacionales, ya efectuadas, y los comicios denominados “subnacionales” (que engloban alcaldías, concejos municipales, gobernaciones y asambleas legislativas departamentales), ya ha consumido la primera etapa con ventaja para el régimen que, además de hacerlo por méritos propios – que los tiene- contó con el inestimable apoyo de un árbitro absolutamente parcializado a su favor.

La oposición, por su lado, no mostró la disciplina táctica que el momento requería y dejó escapar, en primera instancia solamente –como veremos más adelante-, la oportunidad de evitar la anunciada decisión del oficialismo de reformar la Constitución para posibilitar la eternización del caudillo en el poder, haciendo uso de los dos tercios que, forzadamente, alcanzó en el parlamento.

El segundo tiempo, ya en pleno desarrollo, es clave desde la perspectiva democrática, para posibilitar un equilibrio en la distribución del poder que permita contener los excesos de una administración con fuerte tinte centralista y autoritario. Lamentablemente, las condiciones del tiempo complementario son prácticamente las mismas del anterior por lo que dicha tarea es harto compleja.

Sin embargo, no todo está perdido. La propia naturaleza de las venideras elecciones puede favorecer, así sea de manera en principio aritmética, la idea de un bloque opositor capaz de evitar, esta vez de forma concluyente, la permanencia indefinida del caudillo (y, por consiguiente, de régimen) en función de gobierno.

El horizonte es éste: Con sus 2/3 en el Congreso, el régimen no va a tener dificultad para aprobar una ley de reforma constitucional, pero un bloque opositor bien coordinado puede, en la instancia de referéndum (art. 411, título II de CPE) frenar tal cosa.

La experiencia de las elecciones judiciales es ejemplar en este sentido: cuando hay consciencia colectiva, el régimen lleva las de perder. Siguiendo una ruta crítica similar, el tiempo suplementario podría resultar gratificante para los y las demócratas del país.