miércoles, 21 de noviembre de 2018

Militransas


Me he hecho el propósito de –hasta donde sea posible- no involucrarme en el artificial ambiente electoral propiciado por el régimen para violar, contra todo principio jurídico, contra la voluntad popular expresada el 21 de febrero de 2016 e incluso contra el sentido común, la Constitución que el propio señor Morales Ayma promulgó y que juró respetar al asumir su segundo periodo –el último al que podía aspirar legalmente-.

Pero, sin apartarme de tal objetivo, hay temas estructurales que, no obstante estar ligados a la coyuntura, los podemos abordar por separado, justamente para desvelar la absurda cuanto peligrosa electoralización en la se encuentra la sociedad por obra y gracia, repito, de un régimen dispuesto a todo para imponer sus inhabilitados candidatos en las próximas justas electorales nacionales.

Estuviese escribiendo de otra cosa si no hubiera sucedido el hecho que ha provocado un remezón en la sociedad boliviana. Me refiero, por supuesto, al escándalo de las militancias “truchas” (militransas) conocidas a raíz de las consultas de la ciudadanía mediante el sistema que el TSE habilitó a comienzos de esta semana.

Por el lado amable, la iniciativa puede ser vista como una ejemplar medida de acceso a la información, en el sentido de que el proyecto de ley de Acceso a la Información Pública actualizado se encuentra durmiendo ya varios años a la espera de su tratamiento, por la absoluta falta de voluntad del régimen para su aprobación y posterior entrada en vigencia.

Lo ocurrido con el padrón de militantes puede ser la razón del desinterés del régimen por contar con una ley de acceso y transparencia de la información pública: ¡Cuántas cosas inenarrables aparecerían si se abrieran las puertas de la información del Estado! (con las excepciones, lógicamente, de temas de seguridad y de política exterior confidenciales).

Lo ocurrido desnuda una absoluta falta de, cuando menos, cuidado en el manejo de los datos personales de los electores y muy mal hizo el TSE en querer quitarse el fardo de encima cargándoselo exclusivamente a los partidos políticos. En mi criterio, la responsabilidad sobre esta mayúscula vergüenza del sistema, está repartida a partes iguales entre uno y otros. No hay una hipótesis única que trate de explicar lo sucedido; probablemente se trate de una combinación de todas ellas y la que vaya apareciendo luego. Hagamos un repaso de algunas.

En lo que concierne al TSE, está claro que su sistema informático, ya sea por fallas humanas o técnicas, está absolutamente desfasado y, probablemente esté obsoleto. Asimismo, la reacción de sus vocales no hizo más que generar mayor suspicacia hacia la institución.

El otro aspecto atañe a las formas de inscripción de militantes por parte de las organizaciones políticas, no siempre prolijas y a veces hasta engañosas –lindando, inclusive con el delito-.

Es común que los fines de semana, funcionarios públicos se instalen en lugares concurridos con tal objeto. A ellos se les entregan libros de registros que deben llenar a como dé lugar bajo sanción de perder sus puestos en la administración pública. Eso da para ir por el camino fácil de la “invención de datos”, técnicamente hablando, a la usurpación de datos personales.

¿Alguna vez usted firmó, de buena fe, libros de apoyo a una u otra causa –desde condena al maltrato animal hasta lucha contra el cáncer? No es descabellado pensar que, en manos de inescrupulosos, sus datos hubieran sido transcritos a libros de militantes partidarios.
En resumen, la mala fe y la incompetencia institucional dan como resultado un padrón de militantes hediondo. Así, no hay manera de ir a las dichosas “primarias”.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Primeros tropiezos


Entre las muchas consignas que quien luego habría de desempeñarse como Vicepresidente de Bolivia, propalaba con su estilo deslumbrante, sobre todo para los menos avisados, aprovechando el espacio que el canal PAT le brindaba, estaba aquella de raigambre gramsciana de que “la ley es la voluntad del poderoso hecha norma” –además de otras por estilo-. Me refiero, por si no quedó claro, al Sr. Álvaro García.

Analizando el proceder de este individuo desde que se hizo poderoso, hace más de diez años, resulta obvio que el régimen, a instancias suyas, aplicó a rajatabla aquella prescripción. No obstante, los resquicios que dejaban algunas de tales normas jugaron también en contra del propio régimen. “Voluntad del poderoso” quiere decir imposición, vale decir todo lo contrario del “gobernar escuchando” que la propaganda masista quiso hacer creer. ¡Las winflas!

La mayor parte de las veces que normas impuestas por el régimen –tener dos tercios en el Congreso permite imponer cualquier barbaridad- cuya verificación quedaba en manos de la decisión del soberano, el régimen sufrió reveses vergonzosos de los cuales comienza a pagar factura. Repitiendo recetas de regímenes afines, sin embargo, se las ingenió para salir deshonrosamente del fango mediante la emisión de otras leyes –“correctivas”, llamémoslas- que compusieran las anteriores. Este método es particularmente notorio –por su propio peso- en los mecanismos que utilizó para prologarse en el poder más allá de los límites constitucionales –establecidos en “su” Constitución-.

Para el caso, el mecanismo más efectivo a su disposición fue la consulta al Tribunal Constitucional Plurinacional, criatura hecha a su medida para satisfacer la voracidad de poder del régimen encabezado por el Sr. Morales Ayma. La retorcida imaginación de sus operadores ha llegado a inventar un “derecho humano a la reelección indefinida” que su brazo político de control de constitucionalidad, el susodicho TCP, ha dado por bendecido yendo contra toda doctrina en la materia y contra el propio sentido común solo con el propósito de burlarse del resultado del referéndum del 21 de febrero de 2016, que le fue adverso e intentar forzar la habilitación, por parte del Tribunal Supremo Electoral, del Sr. Morales Ayma, a las próximas (y sucesivas) elecciones.

Otro mecanismo “correctivo” de su derrota del 21F, ha sido utilizar la Ley de Organizaciones Políticas para el mismo propósito. Tal norma preveía la realización de elecciones primarias desde la subsiguiente elección general (hacia finales de 2024) – así lo manifestaron la expresidenta del OEP, Katia Uriona y uno de los consultores a cargo de la redacción de dicha ley, Carlos Hugo Molina-. 

Curiosamente luego de una reunión en la residencia presidencial, en flagrante transgresión a la independencia de poderes, el propio tirano anunciaba la realización de tales comicios para este año, reglamento de convocatoria de por medio, acelerando tiempos y desactivando una formidable movida ciudadana en torno al 21F, ya que, dada la premura electoralista, algunas plataformas se entregaron al primer canto sirenas que escucharon.

Ahora bien; comprendo que la maniobra que pretende legitimar la candidatura del sujeto que no quiere dejar el poder haya puesto a los actores políticos en una situación “Catch 22” (interpretación al uso: “te jodes si no lo haces; te jodes si lo haces”). Y bien, optaron por hacerlo –entrar al juego del régimen- a un costo altísimo en cuestión de lealtad para con el voto del soberano emitido el 21F. Y los primeros tropiezos están a la vista (continuará).

domingo, 4 de noviembre de 2018

Alejandro Lerner

El siglo pasado estuve involucrado en la producción de los primeros conciertos de Alejandro Lerner en La Paz (dos "curva sur"). Cuando uno está en ésas (es un trabajo como cualquiera), es el que menos disfruta de un concierto. Esta noche, décadas después, por fin podré sentarme tranquilamente y hacerlo.

Récord

Noviembre de 1997, una de las experiencias más extremas de mi vida: 120 horas continuas al aire, sin pegar pestaña... Compañeros de ruta: Pavel Alarcón, Ramiro Serrano, Ricardo Rufatt.