domingo, 28 de enero de 2024

LA ENTREVISTA FANTASMA



Considerémoslo un hallazgo. El 17 de julio de 1980, pasado el feriado paceño, debía salir a las calles una nueva entrega del semanario Apertura, nombre alegórico al inicio de la era democrática en el país.

Pero, como todos saben, aquel día se produjo el narcogolpe de García Meza y sus secuaces -Arce Gómez, el más notorio-.

Hasta el día anterior, el Congreso dilucidaba el entuerto de la designación del Presidente de la República para un periodo constotucional íntegro que habría de suceder a Lidia Gueiler Tejada, quien ocupaba la Presidencia interinamente.

Bolivia quedó aislada internacionalmente y se inició un proceso hasta la restitución democrática.

Aquella entrega de Apèrtura contenía una entrevista a mi padre en su calidad de Presidente a.i. de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia. En ella se percibe a un hombre de convicción institucionalista -mi viejo había sido exiliado a Paraguay por Banzer en 1974- plenamente comprometido con la democracia y con la actividad que desarrollaba.

Imagino que por estar entre los entrevistados por el semanario recibió un ejemplar por adelantado. Hace unos dñías, husmeando entre mis archivos, encontré este material que al no haber circulado puede ser calificado como inexistente... pero acá está. Lo he transcrito tal como salió impreso, incluso con el apellido separado -mi familia usa "Reyesvilla"-.

Un par de apuntes: Mi padre está próximo a cumplir 75 años, de modo que cuando se le realizó esta entrevista contaba con 45. En la misma se habla de Marcelo Quiroga Santa Cruz, quien fuera asesinado precisamente ese 17 de julio. No me corresponde emitir mayores juicios de valor; lo que sí quisiera añadir es que algunos criterios expresados en la nota podrían pasar como actuales. Sin más, paso a la misma:


Jorge Reyes Villa, ex oficial de Ejército, abogado y gerente de tres firmas textiles es el máximo dirigente de la empresa privada. Elegido como Primer Vice-Presidente de la Confederación de Empresarios y como Presidente de la Cámara Nacional de Industrias, actualmente ejerce la Presidencia a.i. de la CEPB, en ausencia de su titular, Marcelo Pérez.

Figura nueva en los mandos directivos del sector privado, a pesar de sus varios años en esta actividad, Reyes Villa nació en Chuquisaca pero vivió toda su vida en La Paz. Su esposa es pandina y tiene cinco hijos.

Su despacho en los altos del cine “Princesa” dista mucho de ser la oficina ultra-moderna a la que nos tienen acostumbrados muchos ejecutivos, pero sí traduce un ambiente de mucho trabajo. Varias pilas de papel andan dispersas en sus dos escritorios de madera, los que dejan poco espacio para los sofás en los que nos recibe. El resto del espacio está virtualmente abarrotado de las piezas de aguayo que produce en su fábrica.

Jorge Reyes Villa dejó una brillante carrera militar para dedicarse a la actividad privada. Fue Brigadier Mayor del Colegio Militar, abanderado de las distintas unidades a las que perteneció y resultó premiado entre muchos oficiales latinoamericanos, como el mejor alumno, cuando lo enviaron a Panamá a realizar estudios de post-grado.

Es además abogado graduado en la Universidad mayor de San Andrés y cursó estudios avanzados en la Facultad de Economía.


“La empresa privada se ratifica en su posición de apoyo a una real institucionalidad del país y está a la espera de que el Parlamento haga una correcta interpretación del deseo de todos los bolivianos de vivir en una verdadera democracia”, dijo el Lic. Jorge Reyes Villa, Presidente a.i. de la Confederación Nacional de Empresarios Privados.

Apertura lo visitó para conocer la posición de su sector frente a la actual coyuntura política y a la posibilidad, casi cierta, de que el próximo 6 de agosto se instaure en el país un régimen de izquierda.

-¿Ese es normalmente un tema que muchos empresarios tratan en reserva, qué le parece a usted?
-Mi posición es institucional. La Confederación ha hecho conocer su opinión en reiteradas ocasiones. Nosotros hemos apoyado pública y oficialmente el proceso de democratización. Si lo hicimos antes, no veo por qué no ahora…

-¿Tienen Uds. alguna preferencia política determinada?
-La empresa privada no es un ente abstracto; está constituida por personas y cada una tiene su inclinación diversa. Somos una institución eminentemente plural. Entre los empresarios hay movimientistas, banzeristas, gente de la UDP y del MIR, de la Democracia Cristiana, hasta del Partido Comunista. Lo único que tenemos en común es que trabajamos independientemente y no medramos del Estado. Pero la Confederación, como todo, no tiene, no puede tener, una inclinación política por lo menos que represente al conjunto.

-¿Usted diría que les es indiferente cualquier gobierno?
-No exactamente. Claro que no nos es indiferente, pero la definición no la daremos nosotros sino el Congreso y como bolivianos respetaremos lo que este poder determine. Esperamos, eso sí, que allá se actúe con desinterés y que de sus reuniones surja una solución inteligente que cuente con el respaldo de todos.
Jorge Reyes Villa confía en que los representantes nacionales y sobre todo los jefes políticos actúen inteligentemente. Cree que debe darse un acuerdo previo que permita definir pronto la situación en el Congreso y que inicie un proceso de auténtica institucionalidad.

En lo que sí pone énfasis es en que el gobierno que emerja del parlamento debe ser consecuente con lo que manifestó en la etapa preelectoral. “Deberá dar el ejemplo de sujeción a la Constitución y las leyes y respetar la autonomía de las instituciones existentes en el país, especialmente en la actividad privada, la sindical, las Fuerzas Armadas… El gobierno debe respetar sus mandos naturales, sin interferencias de ninguna naturaleza”, recalca nuestro entrevistado.

Los resultados electorales no han pillado de sorpresa a los empresarios y Reyes Villa insiste en que mantendrán sus planteamientos de apoyo al proceso y sobre todo insistirán en un tema que creen fundamental para iniciar esta etapa: la firma de un “gran acuerdo nacional”.

“Reiteramos nuestro llamado a todas las instituciones comprometidas con Bolivia”, dice.

-Hay una versión sobre la posición del sector privado que ha sido difundida en el exterior. En ella se habla de pánico, de exportación del capital. De una situación parecida a la que se creó en la época de Allende en Chile…
-Eso no es evidente. Nuestra empresa privada tiene un capital incipiente y su rentabilidad es mínima. No hay capital acumulado que pueda ser exportado. Me refiero a la gran mayoría de las empresas y no a las excepciones. No estamos en ese tren…

-¿Cómo ven Uds. el próximo futuro?
-Hay preocupación, pero no actitudes de ese tipo. En la empresa privada no hay esa posición. Hay alerta, expectativa, deseo de participación. Lo que requerimos es que el próximo gobierno garantice y estimule al sector privado.
Reyes Villa cree que un retorno a la normalidad institucional puede sentar las bases para la formulación de una verdadera política industrial, que cree que es inexistente. “El sector industrial es creador. No hay país en el mundo que no trate de incentivarlo porque es fuente generadora de empleos y de transformación de recursos naturales”, señala.

“Lo importante es que el gobierno, sea el que sea, defina claramente las reglas del juego y se ajuste a ellas…”, sostiene a tiempo que descarta las posiciones liberales adoptadas por los gobiernos de Pinochet y Videla frente a las empresas que no tenían suficientes índices de rentabilidad, y que quebraron cuando se abrieron las compuertas a las importaciones de productos competitivos de cualquier parte del mundo.

“Acá no podemos darnos el lujo de cerrar fuentes de trabajo. Tenemos que cooperar al esfuerzo de los empresarios bolivianos. Acá es más difícil hacer empresa que en estos países limítrofes. No hay nada que hacer que nuestra situación mediterránea nos perjudica y encarece los insumos…”, comentó el ejecutivo de la Empresa Privada.

“Si el gobierno coordina una política con la actividad privada y le fija un campo de acción, la confianza puede obrar milagros en los empresarios…” agregó.

Su actitud conciliadora se quiebra cuando comenta el anuncio del diputado socialista Marcelo Quiroga en sentido de que su primera acción parlamentaria será pedir la estatización de la minería mediana.

“Lo primero que tiene que hacer cualquier gobierno que emerja del Parlamento es que las empresas públicas respondan a las expectativas para las que fueron creadas. Que sean rentables… Cuando se arreglen los problemas del sector público, que tiene en sus manos el 80 por ciento de la economía, habremos hecho un gran servicio a la nación. Hay que exigir que se cumpla con este requisito y que después se emitan otros aventurados criterios”, dijo Reyes Villa a tiempo que comenta la crítica situación de COMIBOL que se refleja en un informe publicado la semana pasada.

Hay nuevas formas de ver las cosas y nuevos rostros a nivel de la empresa privada. Hay una evolución que comentamos con el Vicepresidente y Presidente interino de la CEPB. El admite que así es, que hay un nuevo enfoque de la realidad al que se han enrolado los empresarios. “La clave es el diálogo. Organizarse y hablar para entenderse…” nos dijo a modo de despedirse.

miércoles, 24 de enero de 2024

Estido plurifaccional

 


Los festejos por las “bodas de cristal” del artefacto de dominación política concebido y ejecutado por el régimen masista, no pudieron haber sido más patéticos.

El ala tilinesca, dueña de la plaza, montó un mitin proselitista con las consabidas consignas repetidas hasta la borrachera –literal- aunque esta vez los dardos no apuntaron a la expresidenta constitucional, Jeanine Áñez, quien hasta hace un año era señalada como la causante de todas las desgracias de este sufrido país, sino al, por el momento, inhabilitado candidato Morales Ayma, quien reclama para sí la conducción por tiempo indefinido del aparato estatal en tanto se inviste como la viva encarnación del “proceso de cambio”.  Ahora, de acuerdo a lo dicho por el ex cajero de confianza del cocalero, éste es el más conspicuo representante de la “nueva derecha golpista” que quiere tumbar el modelo social-comunitario tan caro –literal, en su acepción de oneroso- para la muchachada azul. Declaraciones posteriores de otro ex allegado al jefazo, el ministro Lima, explicitan las alusiones de Arce y llevan la artillería a terreno próximo a la trinchera chapareña: “La crisis y las muertes de 2019 son responsabilidad de Morales y sus muchachos” (¿no eran Lima y Arce parte de esa muchachada?). Tal aseveración exime de culpa a quienes hoy purgan prisión en calidad de presos políticos y deberían ser excarcelados ipso facto.

Por su parte, el jefazo y sus huestes no tuvieron mejor idea que celebrar el cristal haciendo un “contundente” bloqueo dizque contra la autoprórroga (cosa evidente) de los masistrados; pero, si éstos no se metían con la candidatura de quien ahora hasta los propios masistas del gobierno llaman “el pedófilo”, aún con dicha autoprórroga, no hubiese ocurrido nada. Los evistas no habrían salido a bloquear exigiendo la renuncia de los tribunos, además de la reversión de la sentencia por la cual se ordena la sustitución del Gobernador de Santa Cruz, quien ejerce el cargo desde la cárcel de Chonchocoro en la que se encuentra como preso político, por el Vicegobernador, mientras Camacho siga preso –cosa que puede suceder luego del periodo de ejercicio del mandato popular que lo eligió para administrar el departamento-. La “contundencia” del bloqueo se reduce al foco valluno y da la sensación de ser más duro porque la región es como un nudo por el que (casi) todo transporte terrestre pasa por el lugar. Un truco, en fin, muy efectista.

Total, que el tal “Estado plurinacional” cumplió tres lustros mostrándose como lo que realmente es: un buen eslogan que funcionó gracias a la propaganda estatal pero cuyo agotamiento discursivo y de gestión es inminente.

En idiolecto paceño, diríamos que se ha estido, y que sus estructuras se han clisado como el cristal ante un súbito cambio de temperatura. El desgaste se irá pronunciando y alcanzará su grado máximo cuando la situación electoral de Morales Ayma se resuelva irreversiblemente (en uno u otro sentido: ratificación de la inhabilitación, con la venia del TSE, o rehabilitación in extremis). Entretanto, las fuerzas democráticas pueden seguir mirando de palco cómo se desangra el régimen o establecer una agenda de coordinación y posible ejercicio del Gobierno.

Una cosa debe quedar clara: Arce Catacora, “El Tilín”, para los amigos, debe cumplir el mandato popular hasta el último minuto. Nada de recortes y menos de “profecías autocumplidas”.


miércoles, 10 de enero de 2024

"Mi corazón es evista, pero mi estómago es arcista"

 


De modo “regalón” y no del todo desembozado, el presidente Luis Arce, “El Tílín”, para los amigos, ha ingresado en campaña electoral. Ya salieron sus promotores a “marquetearlo” con el clásico “será candidato si las organizaciones (‘el pueblo’) lo piden”. Cuatro regalitos más y, previsiblemente, sus “beneficiarios” comenzarán a emitir sendos votos resolutivos pidiendo que haga el sacrificio de postularse a las elecciones por el bien del país, lo que recuerda un “balconazo” de García Meza, armado por su departamento de propaganda, ante unos cientos de supuestos seguidores, en el que el dictador les respondía “si quieren que me quede, me quedo” y, a continuación, los congregados aplaudían a rabiar; o a la manera en la que Morales Ayma, contraviniendo a la Constitución y a un referendúm que le impedía repostularse, usando a la justicia y emitiendo el consabido “el pueblo me lo pide”.

Ciertamente, Arce no tiene el impedimento que Morales Ayma tenía al momento de postularse a un cuarto periodo de gobierno. Sin embargo, el cliché permanece. ¿Es pecado decir “quiero volver a ser Presidente y haré lo necesario para recibir el respaldo de los votantes”? ¿Para qué andar con remilgos cuando todos saben que todas sus acciones, apuntan al “repete”?

 

Pero, además, no es ningún secreto que “El Tilín” y sus operadores están moviendo los hilos del poder judicial para allanar –anular a posibles rivales- el camino a un holgado triunfo electoral.

 

Y a eso se suma la “conversión” de los “evistas” en “arcistas”. Ya lo hemos visto en algunos funcionarios que ostentan altos cargos quienes abjuran de quien antes era objeto de sus adulaciones más rastreras –no falta quien lo elevaba a alturas divinas- y hoy no paran mientes en llenarse la boca de grotescos panegíricos para granjearse la bendición tilinesca.

Por debajo de éstos se encuentra la enorme masa de empleados públicos masistas que se colgaron de Morales Ayma para acceder a los puestos que ocupan en la elefantiásica administración estatal y que ahora, por razones de sustento personal, engrosan el ala “arcista”. Empleados que, luego de la jornada laboral (para algunos es el ‘trabajo’ por el que se les paga), deben salir a pintar “Evo pedófilo” o “Evo narco”, cuando hace no más de cuatro años grafiteaban “Mesa = Macri”.

Si bien ninguno lo expresa abiertamente, probablemente en su fuero interno se autojustifican repitiendo “mi corazón es evista, pero mi estómago es arcista”; lamentable retrato de una burocracia que, para permanecer en el puesto, debe rendir pleitesía al poderoso de turno. Pero también, reflejo de una precariedad laboral, cuando no de una incompetencia para desenvolverse en el llano: la informalidad y la pega como generadores de sustento personal y familiar y de lealtades en el segundo caso.

Así las cosas, don Tilín cuenta con un formidable aparato de seguidores que le serán incondicionales mientras de él dependa su comida pero que lo negarán cuando otro vaya a reemplazarlo. Aun cuando Arce reproduzca su poder un periodo más, dada la imposibilidad constitucional de hacerlo por más tiempo, a menos que quiera, a la manera de Morales, pisotear la CPE –u otra opción menos probable, como reformarla- la masa de la administración pública se inclinará ante su delfín y, si éste no prospera electoralmente, se acomodará “militantemente” ante quien goce del favor del electorado.

Así ocurre cuando la función pública no es otra cosa que un engranaje de la maquinaria político electoral de los “ungidos”.