miércoles, 28 de diciembre de 2011

Autoinocentada



Un día como hoy -no hay manera de olvidarlo- hace como veinte años, estaba siendo entrevistado en televisión. De pronto, durante el corte, la conductora (ex amiga mía, por el motivo que veremos)me propone gastarle una inocentada al público televidente; total, que yo me presto al juego sin saber que la ley de Murphy habría de cumplirse rigurosamente.

Con la confianza, así lo habíamos acordado, de que ella, a tiempo de despedir el programa, iba a conjurar la fórmula "que la inocencia les valga", le respondí a la pregunta ideada sobre una supuesta operación de cambio de sexo dando por cierta la cuestión e inventando, sobre la marcha, detalles de lo que habría de ser tal intervención quirúrgica.

Inmediatamente las líneas telefónicas del canal se saturaron de llamadas "indignadas" por lo que acababan de escuchar de mi boca... yo me cagaba de risa..

Hacia el cierre y despedida del programa, la muy estúpida se olvida de decir que aquello era una inocentada... (corte, publicidad y próximo programa).

La quería matar. Intentamos aparecer en el programa deportivo para "aclarar la situación", pero no nos lo permitieron... y las llamadas continuaban. Lo hicimos al día siguiente... pero el daño ya estaba hecho.

Durante unos días fue tema de comentario y como nunca hubo tal operación, ni cosa parecida las cosas volvieron a la normalidad.

¿Inocentes? No, gracias.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Sucre y después



2011 acaba siendo nomás “el año del maskinazo”. Lejos de asumir una actitud democrática que se traduzca en una amnistía para los presos políticos y los exiliados y en el cese de la persecución a los opositores, el régimen ha acentuado su talante despótico ejecutando más golpes a la institucionalidad.

Pareciera que en una reacción directamente proporcional a las derrotas sufridas por el oficialismo –conflicto del TIPNIS, “elección” de autoridades judiciales y elecciones municipales en Sucre y Quillacollo- éste se hubiera dado a la tarea cortar las cabezas más emblemáticas que aun estuvieran en pie: la guillotina judicial del Gobierno ya cayó sobre Ernesto Suárez, legítimo gobernador -y legalmente elegido- del Beni; ahora va por Rubén Costas, para asaltar la gobernación de Santa Cruz y, con ello, hacerse de todas. Voraz apetito de poder que no respeta formas, y menos contempla los derechos humanos.

Pero, ¿cuál es el efecto concreto de las suplantaciones ejercitadas por el régimen? Lo sucedido en Sucre y en Quillacollo demuestra que todo el tiempo que duró el asalto a las alcaldías de estos municipios era de ficción política; con los resultados electorales llegó un sinceramiento de la realidad: el elector optó por colocarse al centro, merced a propuestas de unidad que llegaron a coincidir con el sentir del ciudadano.

En el terreno de las conjeturas, uno se pregunta si el acompañamiento en forma de campaña que hizo Evo Morales a sus candidatos en ambos municipios –Pazña no mereció tantas atenciones presidenciales y el MAS ganó en este pequeño municipio- los favoreció o, por el contrario, los perjudicó. Me inclino por lo segundo; la imagen de Su Excelencia ha perdido todo el capital simbólico que encarnaba hasta hace un par de años. Futuros candidatos de MAS, asegúrense de tener a raya al jefazo en futuras campañas.

Sucre, fundamentalmente, marca una ruta, la de la unidad, que de ser proyectada hacia las próximas elecciones generales es carta segura de triunfo; pero sin la voluntad de los actores políticos democráticos, esto no pasa de ser un “wishful thinking”.

Y mientras acabo estas letras, en Sucre mi amado Tigre se ha coronado campeón de Bolivia. Ése es el camino!!!!!!

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Soy inviable (Carlos Toranzo)



En cualquier fiesta, en toda reunión, social o de otro tipo, siempre me han preguntado de qué equipo soy. Mi respuesta siempre ha sido decirles que soy inviable y que estoy acostumbrado a sufrir, es decir, que soy del Tigre.

Los bolivaristas se solazan con esta respuesta, pues entienden que lo ganan todo, cosa que no es del todo evidente. ¿De dónde me viene esa sensación de inviabilidad? Creo que emerge en estos últimos 20 años, pues se trata de una época en la cual los bolivaristas nos ganan con demasiada frecuencia.

Y cuando nosotros ganamos, lo hacemos sufriendo, defendiendo con los 11 jugadores agarrados de los palos del arco, o metiendo un gol a los 93 minutos del partido, a ponchazos, las más de las veces sin técnica, pero eso sí, a fuerza de riñón. Creo que muchos de los goles, en realidad, los mete la hinchada a fuerza de creer, de entender que es posible ganar y que perder no es un destino predefinido en la vida. Sí, la hinchada tiene garra, fuerza, cree que su equipo tiene más fuerza que todas las debilidades que salen a la luz.

Es que ser atigrado es algo especial, implica aprender a sufrir, aprender a ganar a última hora con gol de canilla, tobillo, de rebote, o como sea; al ser Tigre se aprende a perder, pero teniendo siempre la cabeza alta. No tendremos técnica, pero nos sobra adrenalina, fuerza, riñón y factor H.

Esta sensación de inviabilidad creo que no la tenía en los 50, 60 y hasta en los setentas, pues creo que en esa época las cosas estaban más balanceadas entre el Tigre y el Bolívar, no puedo jurarlo, no tengo datos en la mano, pero en esos años no tenía la sensación de inviabilidad que poseo en el presente. Tan desbalanceadas estaban las cosas en los últimos tiempos –volví de México hace 25 años- que alguna vez creí que era necesario el pase de Marcelo Claure al Tigre, para que invierta, para que traiga jugadores, para que modernice la gerencia del Tigre.

Pero, muy rápido se me fue esa idea de la cabeza, pues me di cuenta que ese señor sabe de celulares, de empresas, de marketing, pero no sabe nada de fútbol, o conoce muy poco del balón. Además, no es tan moderno como se cree, pues trae de entrenadores del Bolívar a sus compadres, a sus amigos y eso es pre moderno.

Entre el anterior director técnico, creo que colombiano, y el actual Hoyos, el Bolívar está lleno de hoyos. Y lo que es peor, como Claure es gerente propietario, nadie tiene derecho a chistarle nada al “jefazo” del Bolívar, lo cual no es nada democrático, y yo estoy hasta la coronilla de jefazos. Por eso, bien nomás que se quede en el Bolívar.

Yo soy un tigre extraño, no soy como los de Boca que se solazan con la derrota del River y viceversa, no llevo a esos extremos mi diferencia con el Bolívar. Cuando el Bolívar juega finales contra cambas, cochalas y orureños, le voy al Bolívar, lo hago ante todo porque soy paceño. Y, más todavía, apoyo con más fe a los celestes cuando ellos representan a Bolivia en cualquier torneo internacional.

En estos últimos días, los enojos de la hinchada contra el entrenador, contra los jugadores, era extrema, los querían colgar, deseaban acribillarlos, o hacerlos picana en los días de Navidad. Clasificamos de milagro, con ayuda de la mano de Dios y de otras manos. Llegado el partido contra el Bolívar, perdimos 1-0, podíamos haber tenido un mejor resultado, pues ellos jugaban con diez, pero, no lo hicimos. La revancha nos infló el pecho, eso de ganarles 4-0 no es cosa de cada día, era un milagro. Y como los más de los tigres, no sólo que aman a su equipo, sino que odian al Bolívar, creyeron que con esos cuatro goles estaban saldadas todas las cuentas de las muchas humillaciones que tuvimos contra los celestes.

Y después, contra Oriente, cuando estábamos 1-3, ya sentíamos que, de nuevo, nos llegó la mala suerte. Pero, la hinchada reaccionó antes que el equipo y los llevó a un histórico y épico 5-3, que por obra del destino no llegó a 6-3.

La revancha en Santa Cruz fue a lo Tigre, sufriendo, agarrados de los palos, a puro riñón y fuerza. Eso nos llevó a la final. Al jugar con Universitario, no había que hacerse a los locos y ganamos un 2-0 aceptable. No sé qué pasará mañana, ojalá seamos campeones, para que eso nos reconforte y sepamos que entre tantas penas podemos tener una alegría.

martes, 20 de diciembre de 2011

Un final y un comienzo



Hoy, martes 20 de diciembre, le pondré punto/aparte al segundo ciclo de "Cuerdas Vocales". El primero duró poco más de un año allá por 2000/2001 en radio "Graffitti" que era de propiedad de Elizabeth Salguero, hoy ministra de cultura por cuenta del MAS.
Éste, que concluye hoy con la emisión del programa #232, lleva tres años y cinco meses en radio "Deseo", de María Galindo (Mujeres Creando).

A un promedio de 8.5 piezas por sesión, con la de esta noche habremos apreciado 1972 -nada desdeñable-. Coincide esta última sesión con el fallecimiento, hace un par de días de la cantante caboverdesa Cesaria Evora, a quien dedicaremos el tramo central.

El motivo para dejar en reposo a CV es que en 2012, los Rolling Stones -y este sevidor- cumplen 50 años como banda y he decidido emplear el mismo espacio horario -ampliado a una hora más- para conmemorar dicho acontecimiento. Serán 50 martes, empezando por el segundo y terminando por el penúltimo de 2012, en los que seremos "Cincuestones".

Gracias por haberme acompañado en CV y quedas cordialmente a hacerlo en "Cincuenstones". ¡Larga vida y cuerdas calientes!!!!!!!

viernes, 16 de diciembre de 2011

"Diálogos en el proceso de cambio"



La que sigue es la transcripción de mi intervención, en calidad de comentarista, durante la presentación del libro "Diálogos en el proceso de cambio", realizada el jueves 15 a hora 19:30, en el salón "Illimani" del hotel Raddisson.

Buenas noches. Deseo expresar mi agradecimiento tanto a la Fundación Konrad Adenauer como a la Asociación Boliviana de Ciencia Política no, o por lo menos no en primer término, por haberme invitado al panel de comentaristas de esta presentación, sino por el genuino compromiso para sostener espacios de debate democrático en un tiempo poco “aconsejable” para dicho cometido. Un participante, durante alguna de las jornadas de análisis promovidas por ambas entidades, decía que la mejor prueba de que en Bolivia había democracia era justamente que estábamos ahí deliberando sin amenaza alguna. Yo creo que lo hacíamos, como lo estamos haciendo ahora, “a pesar” de las restricciones, cada vez más duras contra la libre expresión, no necesariamente bajo la figura de amenaza física sino, las más de la veces, de represalia material; intente usted canalizar recursos con destino al fortalecimiento democrático y entenderá lo que digo. Gracias, entonces.

A manera de inicio quiero mencionar dos conceptos que han estado rondando mis pensamientos durante estos días; y, luego, ya entrando en materia, una advertencia que creo necesaria.

El primero tiene algo de homenaje también, pues hace referencia a una precisión que hizo nuestro buen amigo Joan Prats, que en paz descanse, en un foro auspiciado por la KAS, si no recuerdo mal. Decía el politólogo español que la política no es la ciencia política –indistintamente confundidas por mucha gente, gente, incluso, de buena preparación en otros campos- ; si así fuera, decía, entonces, los mejores políticos serían los cientistas políticos. No suele darse esa coincidencia, agregaba –aunque es frecuente en nuestro medio que ambos roles sean intercambiables según la situación que se ocupe en relación al poder, se me ocurre-. El analista, el cientista –continuaba- tiene cualidades extraordinarias, muy apreciables, pero que son distintas a las cualidades que requiere el político.

“La política es un saber en la acción y para la acción que puede ser inspirado e instruido desde la ciencia política, pero lo que sabe el político no lo sabe el cientista político, y lo que sabe el cientista político no lo sabe el político”, cita textual con la que paso al segundo.

Muy próximos al cierre de la gestión 2011, me provoca mucho expresar que los días pasan lentamente y los años pasan volando. ¡Qué rápido ha pasado!, solemos decir cada fin de año, pero muchas veces apenas podemos sobrellevar el día a día porque los obstáculos de presente continuo, de ese “estar pasando”, nos los hacen interminable.

De manera análoga, la sociedad termina aceptando cosas que en el desarrollo de su incorporación a las realidades cotidianas se las combatía con argumentos incontrastables desde la lógica y desde el sentido común también. Lo que ocurre es que la vida –tanto individual como en sociedad- continúa y nuevos desafíos se aproximan en el horizonte aguardando la posibilidad de rectificar lo que a pesar de su inaplicabilidad o inconsistencia, se impuso de todos modos.

Bien, ahora, respecto de la advertencia que adelanté, me encuentro con que la obra titula, al igual que el programa del cual procede, Diálogos en el proceso de cambio. Cuando en mis escritos me veo obligado a utilizar las tres últimas palabras, las pongo entre comillas, no obstante reconocer que el régimen las hizo suyas; a fuerza de consigna se adueñó de un concepto consustancial a la democracia, porque ¿qué es la democracia sino un continuo cambio, eso sí con sujeción a las leyes? Cambio sin ley es anarquía, y ley producto de la continua violación de normas precedentes no es democracia. Dicho esto, vayamos al texto.

“Diálogos en el proceso de cambio” es la memoria del programa del mismo nombre que las instituciones convocadoras desarrollaron durante 2011. Estructuralmente hablando, mantiene la característica metodológica de otras publicaciones KAS/ABCP: Presentación del tema a cargo de la ABCP, con datos y criterios de contexto; ponencias de los panelistas; debate con la intervención de los asistentes al foro, y, como colofón, en lugar de las conclusiones que aparecen en los textos de otros programas, un ex post, con lo sucedido en relación al tema luego de efectuado el foro. Probablemente sea éste, el principal atractivo de la publicación; no es frecuente encontrarse en el escritos de este tipo con hechos posteriores que confirmen o refuten los análisis previos. El segundo eje temático incluye, además, una carta testimonial.
Dichos ejes, uno aislado y dos de alguna manera relacionados son: “Preelección política y elección popular de los Magistrados del Órgano Judicial en Bolivia: Problemas, incógnitas y desafíos” cuyo debate se realizó en Sucre el 28 de junio, “La cuestión indígena en el gobierno del MAS: Entre el discurso y la realidad”, cuyo debate tuvo lugar en Cochabamba el 12 de septiembre; y “TIPNIS: La concentración del conflicto social y la crisis política gubernamental” llevado a cabo en La Paz, el 9 de noviembre en La Paz.

Tuve el gusto de presenciar este último y ser testigo de la calidad de los expositores, más allá de no necesariamente compartir el punto de vista de alguno de ellos.

Cuentan también con valor documental, puesto que no son meras líneas de circunstancia, el prefacio, firmado por Susanne Käs, representante KAS en Bolivia y la presentación, firmada por Marcelo Varnoux Garay, Presidente de la ABCP, que da cuenta de la metodología y el criterio empleado para la elección de cada eje temático.

El proceso de selección/elección de autoridades judiciales, ciertamente fue “inédito”, pero no por las razones que aduce el régimen para calificarlo como tal. En un artículo que escribí durante los días previos a la pre/elección asamblearia señalé que, dada la naturaleza meritocrática y de escalafón de estos cargos, llevar a votación los mismos sería como someter a elección popular los puestos del alto mando militar, y abriendo las candidaturas a soldados, cadetes, suboficiales y oficiales de todos los rangos. Podría darse que un dragonéate resultara elegido como comadante en jefe.

Contra todo sentido común, aunque apoyado en la prescripción constitucional, el régimen llevó a efecto su elección, cometiendo durante el transcurso del proceso una serie de arbitrariedades. A esto se sumó el carácter plebiscitario que adquirió y que, una vez conocidos los resultados, lo dejó malparado y sus elegidos quedaron huérfanos de legitimidad. Con todo, éstos van a ser posesionados dentro de algunas semanas y se habrá consumado un golpe “light” a la administración de justicia, extremo a ser confirmado cuando el Tribunal Constitucional Plurinacional viabilice la re-reeleción del Sr. Evo Morales.

Los ponentes sobre este tema –Marco Baldivieso y Germán Gutiérrez Gantier- diagnosticaron problemas similares, pero el último fue enfático al señalar que: “Podemos tener un Órgano Judicial altamente ilegitimo y altamente penetrado por el poder político nacional”. Que es justamente lo que se ve –y se anota- una vez concluido este capítulo que ratifica al nuestro como un país/laboratorio.

El texto, en la parte de compulsa del análisis con los hechos posteriores, destacada anteriormente, plantea una inquietante cuestión: “Un dato curioso –sostiene- que no ha sido aclarado es que el voto nulo prácticamente arrasó en el ámbito urbano del país. En todos los casos, los votos nulos están – en promedio – por encima del 52% y los válidos no superan el 35%. Sin embargo, los votos del área rural han compensado esa diferencia, ya que en todos los casos, el promedio de votos válidos es 49% y el de votos nulos el 26%. El problema radica en que casi el 70% de la población de Bolivia reside en áreas urbanas – ciudades capitales e intermedias – y el resto en el área rural. Si esto es así, aún cuando en el área rural hubiera triunfado el voto válido, de ninguna manera podría haber equilibrado al voto nulo de las ciudades ya que en términos absolutos mucha menos gente vive en el campo”.

Los siguientes dos ejes temáticos parecen tener una relación antecedente/consecuente insospechada hasta hace menos de dos años. No es el mismo caso del tema anterior que ya podía ser tratado desde que pasó a formar parte de las prescripciones constitucionales; se trata más bien de la “coincidencia” de una temática de orden estructural –“lo indígena”- en su relativamente nueva condición de sujeto en nombre del cual dice actuar el régimen –y las tensiones entre el discurso y la realidad- y un hecho que pocos, o nadie, podían prever –al menos con el dramatismo con el que ocurrió- en el tiempo señalado conocido mundialmente por sus inicales: TIPNIS.

El nexo entre uno y otro lo traza el propio documento en el ex post del eje “La cuestión indígena en el gobierno de MAS: entre el discurso y la realidad” cuyo debate se efectuó 13 días antes del momento más álgido de la VIII marcha de los pueblos de tierras bajas. Tanto el documento base puesto a consideración por la ABCP como en la ponencia de Freddy Camacho Callizaya y, muy notoriamente, en las intervenciones de la audiencia, el “factor TIPNIS” concentra la discusión, con alguna expresión, incluso, en el marco de la deliberación democrática, contraria a los marchistas. Parecía, pues, inevitable hacer un foro específicamente orientado a esta materia y así ocurrió cuando el último diálogo de este ciclo abordó precisamente ésta bajo el rótulo de “TIPNIS: la concentración del conflicto social y la crisis política gubernamental”, diálogo al que, por haber ocurrido en La Paz, asistí en calidad de ciudadano y del cual me fui algo aturdido por la postura expresada por uno de los expositores, mi buen amigo Samuel Tola.

Me parece muy pertinente que los patrocinadores de estos diálogos hubieran subtitulado el segundo con la compulsa entre el discurso y la realidad. Si los actos fallidos –expresiones que hacen consciente lo inconsciente sin que quien las enuncia se lo hubiese propuesto- cuentan como datos ciertos de las intenciones de alguien, la que se le escapó a un funcionario gubernamental hace unos tres años en el marco de un foro análogo a los que proponen la ABCP y la KAS es muy ilustrativa de lo estaría pasando por la cabeza de algunos prominentes operadores del régimen. No me lo contaron, yo estaba ahí y no olvido la cita. “Los indígenas son nuestro mayor obstáculo; no sabemos qué hacer con ellos”… a confesión de parte… podría aplicarse perfectamente a esta confidencia.

Pero hablar de lo indígena hoy, no es lo mismo que haberlo hecho antes de la aprobación del texto constitucional que nos rige; en éste figura una categoría que, a efectos mnemotécnicos, la llamo “Orinoca” (originario indígena campesino) que, aunque no en ese orden, esconde, disimula, confunde, unos términos con los otros. Así, este dispositivo relativiza efectivamente aquello por lo que mucha ideología y mucha teorización se hizo los últimos 70 años; para bien y para mal, añado.

La creciente presencia del “factor TIPNIS” en el “el ambiente” dominó, como era de esperarse tanto las exposiciones como las intervenciones de los panelistas como de los aportes de los asistentes. “Lo indígena” volvió a adquirir autonomía conceptual, esta vez en franca interpelación al régimen.

Así pues, de entrada nomás, Freddy Camacho Callizaya titula a la suya “Una carretera civilizadora desarticula el discurso plurinacional pachamamista
e instaura el desarrollismo social darwinista como ideología del régimen masista” y se permite apreciaciones como la siguiente: “Este conflicto tiene la virtud de desarticular el concepto central homogenizante: Indígena Originario Campesino (IOC) que hoy muestra su contradicción interna entre Indígena vs. Campesino (si bien ambos responden al concepto originario), lo cual a su vez desarticula el concepto, antes unido, de tierra y territorio, descomponiéndolo en dos visiones antagónicas: tierra, que corresponde a la visión campesina, colonizadora, cocalera
vs. territorio que corresponde a la visión indígena”; que amplía lo que anoté.

Una suerte de preanuncio para el último eje que seguramente, en principio, sólo consideraba la evaluación de los dos años del segundo periodo de gobierno del presidente Morales pero, ante los hechos, los promotores del programa decidieron, supongo, “casarlo” con el “factor TIPNIS”. Fue ésta la ocasión, como les decía, en la que estuve presente entre la audiencia.

El factor TIPNIS sintetiza, como si alguien lo hubiera diseñado de tal manera, la suma de torpeza, incompetencia y cinismo del régimen. Quien crea que este asunto quedó resuelto con la promulgación de la “ley corta” y el tratamiento de su reglamento peca de ingenuidad. Inmediatamente promulgada dicha ley, el régimen montó una campaña de desacreditación de los dirigentes de los indígenas de tierras bajas y, en su constante de ver en todo acto crítico a su desempeño un acto de conspiración, llegó a afirmar que el propósito de la marcha era asestar un golpe de Estado. Habrá que hacerle recuerdo que a su llegada a La Paz, los marchistas y una nutrida cantidad de ciudadanos lograron ingresar al kilómetro 0, permanecieron cerca a media hora y se dirigieron tranquilamente a otro lugar… ¡A nadie se le ocurrió “tomar” el palacio de gobierno!. Estamos ante lo que el Vicepresidente denomina “estrategia envolvente”, eufemismo por lo que en términos vulgares se denomina “chanchada” (perdón por mencionarlo, pero no encuentro una manera más expresiva de hacerlo) y la recientemente concluida reunión de adherentes del régimen forma parte de la misma.
Pero así como expreso mi condena a esta manera de obrar del régimen, no puedo dejar, ya que la ocasión se me ha presentado, de hacer lo mismo respecto de algo que escuché en aquel debate –ya se los había adelantado-. Don Samuel Tola, no durante su exposición formal, sino en su intervención en respuesta a las consultas de la audiencia, dejó entrever, casi explícitamente, que el camino de resolución de esta crisis de Estado pasa por la intervención de las FFAA. Sencillamente inaudito.

A pesar de todas las restricciones que el régimen ha puesto al libre ejercicio democrático, la respuesta no puede llegar sino en los propios términos democráticos. Por lo pronto el régimen ha perdido buena parte de su capital político; aspecto que no es irreversible. Pero déjenme decirles, a modo de cierre, que ha perdido prácticamente todo su capital simbólico, y eso no tiene reparación.
Muchas gracias.

martes, 13 de diciembre de 2011

Lógica y política en Hegel; lecturas paralelas


Mi persona con el autor de la obra.


La que sigue, es la transcripción de la presentación comentada que hice del libro de refencia.

Buenas noches. En primer término quiero agradecer al autor de la obra, Mag. Gonzalo Tinajeros Arce, el haberme considerado para este cometido, el de expresar algunos criterios a propósito del libro que tenemos entre manos, Lógica y Política en Hegel: silogismos y poderes, su más reciente producción.

Sobre el autor, puedo decir, en breve, que desde su regreso al país una vez culminados sus estudios de maestría, se ha abierto ya un camino en el ámbito de los pensadores cuya misión parece ser la de refrescar el debate intelectual en nuestro medio, aparentemente atrofiado en la circularidad del discurso único. A Tinajeros y sus congeneracionales les corresponde la tarea de liberar las ideas que el poder preferiría tenerlas proscritas.

De la obra, que es lo que cuenta para esta ocasión, vamos a comenzar poniendo en cuestión su oportunidad. En un ambiente plagado de tinta dedicada a desacreditar “lo occidental” en sentido amplio, cultural, del concepto, el texto que nos propone Tinajeros podría pasar por un exotismo intelectual, un afán inútil o, como a mí me gusta decir, refiriéndome a casos en los que un creador no sigue necesariamente la tendencia –moda- artística o intelectual y no coincide con el espíritu de época, está “comprando a la baja” en analogía con la acción bursátil del mismo nombre, salvando las imprecisiones propias de toda metáfora.

Pero convengamos también en que cuando todo el mundo hace algo, y ese algo es la misma cosa, a veces dejamos que el sentido común se lo lleve el viento. La moda intelectual actual tuvo en sus principios algo de originalidad y consistencia; a la fecha, la idea es cantarle loas al proceso en curso con el agravante de haberlo personalizado en la figura del jefe. He llegado a pensar que se edita cualquier refrito de las mismos argumentos porque hay un “mercado cautivo” aún dispuesto a consumir tales lecturas. Quienes firman esos textos –inclusive opúsculos de mínima calidad literaria- están “comprando al alza” sobre seguro.

Tinajeros hace lo contrario, no sólo porque se ocupa de un tema marginal, en términos de debate público -de manera algo torpe, podríamos exclamar ¡a quién le importa Hegel hoy!- sino porque lo hace con rigurosidad académica.

El eje conductor de la investigación es la extrapolación del sistema lógico desarrollado por Jorge Guillermo Federico Hegel al campo político; extrapolación propuesta por el propio Hegel a los lectores de su tiempo y contexto histórico.

Dicha aplicación está explicitada en este texto en los siguientes términos: “El silogismo racional ‘especulativo’, fue empleado por Hegel no solamente en el ámbito teórico de la lógica, sino también en el ámbito práctico de la política. Primeramente en la ciencia del Estado de una manera muy general y esencialmente comparativa en relación a los silogismos de la ciencia física de la astronomía… posteriormente los silogismos de la ciencia del Estado fueron desarrollados de una manera más profunda y determinada en la obra Filosofía del Derecho, en la cual Hegel empleó tres relaciones silogísticas del concepto de Estado”. A continuación, el autor detalla la naturaleza de los mencionados silogismos a los que no me voy a referir en general para dejar a los lectores su análisis; aunque sí, más adelante haré una referencia un punto en particular, derivado de unos de ellos.

Retrocediendo en el texto, nos encontramos, con unos toques de biografía, a un Hegel entusiasta, y más tarde decepcionado, del proceso revolucionario francés y luego a un admirador de Napoleón. Según Hegel, la revolución se quedó en la enunciación abstracta de la libertad y de la igualdad y Napoleón, a través del Code determinó, por primera vez y de manera expresa, los derechos y las obligaciones civiles y políticas de todos los ciudadanos de un Estado libre.

A mi juicio, Hegel con su énfasis en lo corporativo, lejos de adelantarse a su tiempo, se ve como un pensador conservador, incluso para su tiempo. Los partidos políticos comenzaban a tomar forma y son ignorados olímpicamente por Hegel y, para peor, en la descripción de las caras de los silogismos, en la parte pertinente a las funciones y prerrogativas del componente “S” (soberano, príncipe), en cuyo punto 4 ratica la sucesión hereditaria al trono.

Trabajando con la dialéctica, la propuesta de Hegel no estaba exenta de contradicciones internas, cosa que autores más modernos resolvieron complementando la independencia de poderes con la coordinación e interdependencia entre los mismos, la función intermediadora y agregadora de demandas de los partidos o el “accountability”, entre otras innovaciones, que los representantes parlamentarios deben a sus electores.

El texto de Tinajeros, finalmente, ofrece un ejercicio intelectual de lecturas laterales desde nuestro tiempo. “Estado aparente” y “Seguridad jurídica” son dos conceptos muy al uso, a los que Hegel ya se refería en su tiempo.

Muchas gracias.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

¿MASking a los medios?




Hacia finales de 1974, la Iglesia, junto a otras organizaciones de carácter humanitario, se plantó fuerte frente a la dictadura de Banzer y consiguió que ésta decretase una amnistía para varios compatriotas exiliados por aquel régimen. El mejor regalo de Navidad, para las familias de los amnistiados, fue el regreso del ser querido que por sus convicciones democráticas había sido desterrado.

El lunes se instalará, en Cochabamba, una suerte de soviet hecho a la medida del gran jefe. Los cada vez menos audibles aplausos y las sucesivas derrotas políticas y sociales que sufrió el régimen a lo largo del año que está a punto de concluir, precipitaron esta forzada convocatoria destinada a elevar la alicaída moral del régimen. Ensordecedoras ovaciones y zalameros panegíricos serán la banda sonora del cónclave masista a ser pagado con los impuestos de todos.

Su accionar divisionista, revanchista, persecutorio y soberbio, le ha pasado factura al régimen y no es “reconduciendo el ‘proceso de cambio’” que va a salir de su crisis, porque ésta está más en las almas de sus enajenados líderes –y más de un seguidor, habrá que agregar-.

En el clásico estilo del régimen, circulan varias “agendas” para esta especie de acto circense; pero en ninguna de ellas figura algo tan esencial como lo descrito al comienzo, un gesto de grandeza: amnistía para los presos políticos y cese de la persecución a los opositores; que las familias se reúnan en Nochebuena con sus seres queridos actualmente en el exilio. Solo así tendría sentido toda la alharaca que propalan los “encumbrados”.

Pero contrariamente a tal actitud, lo que se anuncia es represalias contra los medios de comunicación no oficialistas, a la usanza de la represión contra los marchistas del TIPNIS, es decir acallando la libre expresión con la aplicación de la tristemente célebre cinta MASking. Entre otras estulticias, el ministro de Gobierno ha responsabilizado a los medios de la inseguridad ciudadana que campea en el Estado Plurinacional.

Si 2010 fue el año del rodillazo y el gasolinazo, 2011 bien podría ser calificado como “El año del MASkinazo”, a menos que una amnistía permita el reencuentro de la familia boliviana.