miércoles, 28 de diciembre de 2011

Autoinocentada



Un día como hoy -no hay manera de olvidarlo- hace como veinte años, estaba siendo entrevistado en televisión. De pronto, durante el corte, la conductora (ex amiga mía, por el motivo que veremos)me propone gastarle una inocentada al público televidente; total, que yo me presto al juego sin saber que la ley de Murphy habría de cumplirse rigurosamente.

Con la confianza, así lo habíamos acordado, de que ella, a tiempo de despedir el programa, iba a conjurar la fórmula "que la inocencia les valga", le respondí a la pregunta ideada sobre una supuesta operación de cambio de sexo dando por cierta la cuestión e inventando, sobre la marcha, detalles de lo que habría de ser tal intervención quirúrgica.

Inmediatamente las líneas telefónicas del canal se saturaron de llamadas "indignadas" por lo que acababan de escuchar de mi boca... yo me cagaba de risa..

Hacia el cierre y despedida del programa, la muy estúpida se olvida de decir que aquello era una inocentada... (corte, publicidad y próximo programa).

La quería matar. Intentamos aparecer en el programa deportivo para "aclarar la situación", pero no nos lo permitieron... y las llamadas continuaban. Lo hicimos al día siguiente... pero el daño ya estaba hecho.

Durante unos días fue tema de comentario y como nunca hubo tal operación, ni cosa parecida las cosas volvieron a la normalidad.

¿Inocentes? No, gracias.

1 comentario:

Paola dijo...

El anfitrión de la escena en mi sueño era nada menos k Puka Reyesvilla!!!