Los festejos por las “bodas de cristal” del artefacto de
dominación política concebido y ejecutado por el régimen masista, no pudieron
haber sido más patéticos.
El ala tilinesca, dueña de la plaza, montó un mitin
proselitista con las consabidas consignas repetidas hasta la borrachera
–literal- aunque esta vez los dardos no apuntaron a la expresidenta
constitucional, Jeanine Áñez, quien hasta hace un año era señalada como la
causante de todas las desgracias de este sufrido país, sino al, por el momento,
inhabilitado candidato Morales Ayma, quien reclama para sí la conducción por
tiempo indefinido del aparato estatal en tanto se inviste como la viva
encarnación del “proceso de cambio”.
Ahora, de acuerdo a lo dicho por el ex cajero de confianza del cocalero,
éste es el más conspicuo representante de la “nueva derecha golpista” que
quiere tumbar el modelo social-comunitario tan caro –literal, en su acepción de
oneroso- para la muchachada azul. Declaraciones posteriores de otro ex allegado
al jefazo, el ministro Lima, explicitan las alusiones de Arce y llevan la artillería
a terreno próximo a la trinchera chapareña: “La crisis y las muertes de 2019
son responsabilidad de Morales y sus muchachos” (¿no eran Lima y Arce parte de
esa muchachada?). Tal aseveración exime de culpa a quienes hoy purgan prisión
en calidad de presos políticos y deberían ser excarcelados ipso facto.
Por su parte, el jefazo y sus huestes no tuvieron mejor
idea que celebrar el cristal haciendo un “contundente” bloqueo dizque contra la
autoprórroga (cosa evidente) de los masistrados; pero, si éstos no se metían
con la candidatura de quien ahora hasta los propios masistas del gobierno
llaman “el pedófilo”, aún con dicha autoprórroga, no hubiese ocurrido nada. Los
evistas no habrían salido a bloquear exigiendo la renuncia de los tribunos,
además de la reversión de la sentencia por la cual se ordena la sustitución del
Gobernador de Santa Cruz, quien ejerce el cargo desde la cárcel de Chonchocoro
en la que se encuentra como preso político, por el Vicegobernador, mientras
Camacho siga preso –cosa que puede suceder luego del periodo de ejercicio del
mandato popular que lo eligió para administrar el departamento-. La
“contundencia” del bloqueo se reduce al foco valluno y da la sensación de ser
más duro porque la región es como un nudo por el que (casi) todo transporte
terrestre pasa por el lugar. Un truco, en fin, muy efectista.
Total, que el tal “Estado plurinacional” cumplió tres
lustros mostrándose como lo que realmente es: un buen eslogan que funcionó
gracias a la propaganda estatal pero cuyo agotamiento discursivo y de gestión
es inminente.
En idiolecto paceño, diríamos que se ha estido, y que sus
estructuras se han clisado como el cristal ante un súbito cambio de
temperatura. El desgaste se irá pronunciando y alcanzará su grado máximo cuando
la situación electoral de Morales Ayma se resuelva irreversiblemente (en uno u
otro sentido: ratificación de la inhabilitación, con la venia del TSE, o
rehabilitación in extremis). Entretanto, las fuerzas democráticas pueden seguir
mirando de palco cómo se desangra el régimen o establecer una agenda de
coordinación y posible ejercicio del Gobierno.
Una cosa debe quedar clara: Arce Catacora, “El Tilín”, para
los amigos, debe cumplir el mandato popular hasta el último minuto. Nada de
recortes y menos de “profecías autocumplidas”.
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