Tanto por la proximidad entre ambas como por lo que está
en juego, bien se puede decir que el periodo que va entre las elecciones
nacionales, ya efectuadas, y los comicios denominados “subnacionales” (que
engloban alcaldías, concejos municipales, gobernaciones y asambleas
legislativas departamentales), ya ha consumido la primera etapa con ventaja
para el régimen que, además de hacerlo por méritos propios – que los tiene-
contó con el inestimable apoyo de un árbitro absolutamente parcializado a su
favor.
La oposición, por su lado, no mostró la disciplina
táctica que el momento requería y dejó escapar, en primera instancia solamente
–como veremos más adelante-, la oportunidad de evitar la anunciada decisión del
oficialismo de reformar la Constitución para posibilitar la eternización del
caudillo en el poder, haciendo uso de los dos tercios que, forzadamente,
alcanzó en el parlamento.
El segundo tiempo, ya en pleno desarrollo, es clave desde
la perspectiva democrática, para posibilitar un equilibrio en la distribución
del poder que permita contener los excesos de una administración con fuerte
tinte centralista y autoritario. Lamentablemente, las condiciones del tiempo
complementario son prácticamente las mismas del anterior por lo que dicha tarea
es harto compleja.
Sin embargo, no todo está perdido. La propia naturaleza
de las venideras elecciones puede favorecer, así sea de manera en principio
aritmética, la idea de un bloque opositor capaz de evitar, esta vez de forma
concluyente, la permanencia indefinida del caudillo (y, por consiguiente, de
régimen) en función de gobierno.
El horizonte es éste: Con sus 2/3 en el Congreso, el
régimen no va a tener dificultad para aprobar una ley de reforma
constitucional, pero un bloque opositor bien coordinado puede, en la instancia
de referéndum (art. 411, título II de CPE) frenar tal cosa.
La experiencia de las elecciones judiciales es ejemplar
en este sentido: cuando hay consciencia colectiva, el régimen lleva las de
perder. Siguiendo una ruta crítica similar, el tiempo suplementario podría
resultar gratificante para los y las demócratas del país.
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