La chorrera de dólares, producto de las altas cotizaciones
de las materias primas, que sostuvo al régimen, estaría a punto de secarse y
con ello comenzaría un nuevo ciclo de restricciones. El discurso del “blindaje”
haría colisión con la realidad.
El más parecido tiempo al periodo de bonanza que está a punto de concluir, fue el del Banzer
de facto, aquel en el que le tocó en suerte disfrutar los réditos (políticos
incluidos) de las altas cotizaciones y los créditos fáciles que sin duda dieron
la sensación de una prosperidad sin límites que también sirvió para anestesiar
a una población “satisfecha” y crédula.
“Huguito hercúleo”, “Golazo, mi
General”, “Robustiano Plata”, rezaban algunos eslóganes de la campaña
del aparato propagandístico montado para ensalzar al caudillo, cuyo aura
de señor de la abundancia disminuía en proporción directa a la caída de los
precios internacionales. Una herencia de descomunal deuda externa quedó para
los gobiernos democráticos que, sumada a la caída sostenida de dichos precios,
los tendrían a mal traer. El propio Banzer, en su rol de demócrata, sería presa
de la depresión de la economía por tal causa.
¿Eran genios los ministros de hacienda del Banzer dictador? Lo
que yo sostengo desde mi época de universitario es que la economía es la
ciencia de la escasez por lo que, en consecuencia, al buen economista se lo
conoce en los tiempos duros, aquellos en los que asignar recursos requiere una
gran dosis de creatividad. Manejar una bonanza beneficiaria de las cotizaciones
de las materias primas es tan meritorio como cosechar aplausos cantando
medianamente bien un estribillo archiconocido. Habrá que ver cómo le va al
cantante a tiempo de entonar una canción
de su propia factura… ¿repetirá el aplauso o se ganará la rechifla?
Lo cierto es que tiempos difíciles se comienza a formar una
incipiente base productiva y a promover las exportaciones no tradicionales;
llega la fiesta de las buenas cotizaciones y de nuevo al patrón primario
exportador, causante de la bonanza con pies de barro tan cara al actual
régimen.
No olvidemos que “blindado” proviene del inglés “blind”
(ciego).
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