Un hipotético relato deportivo acerca de la más reciente jugada en la partida de ajedrez político mágico/real que tiene con el ¡Jesús! en la boca a la gente común y promete trabajo seguro a analistas y psicoanalistas sería más o menos así: “Faltando tres movidas para un inminente jaque mate, la torre podemista salió en auxilio del rey masista, brindándole seguro campamento en el cual recomponer fuerzas luego de la humillación que le infligieran los alfiles cruceños”, cuadro histérico, si se tiene en cuenta la crispación nerviosa bajo la que actúan unos y otros.
El efecto inmediato lo ha sufrido la caballería estatutario-autonomista que del galope pasó al trote y si bien conseguirá sortear los obstáculos que se le presenten a su paso, su impacto se verá atenuado por el viento en contra proveniente del soplo extra con el que Podemos –seguramente al compás de una canción de Air Supply- abasteció los pulmones del rey (y los de la dama) -¡hay que ver lo hinchados que están ambos!-.
¿Qué tuvo que haber ocurrido para que a alguien se le ocurriese echar mano de un anteriormente desestimado instrumento –el proyecto de referéndum revocatorio enviado por el Ejecutivo al Congreso— más parecido a un dibujo de Escher que a un documento con validez jurídica?
Ya en su momento había manifestado, en son de mofa, que, tal como está redactado, dicho texto fue pensado expresamente para ser observado y archivado en la sección “Tiempo perdido” del parlamento. Mis objeciones no apuntaban al mecanismo político de marras en tanto figura de consulta sino a su intrincado contenido, tanto en lo concerniente a los arbitrarios guarismos que estipula como al tratamiento sesgado que aplica en las preguntas: una manera para las autoridades centrales y otra para las prefecturales. Respecto de la de aquéllas, es comparable a la que –según me cuentan- una cronista de espectáculos hacía a los asistentes a un evento de danza al término de éste: “¿Qué le pareció el fantástico desenvolvimiento escénico de la estrella internacional que nos visitó?”. Con preguntas como estas, ¿quién necesita respuestas?.
Ya se ve que la intención del gobierno al enviar tal “perla” al Legislativo era la de mostrarse como quien no se corre al desafío de un revocatorio, para luego señalar al Congreso –al Senado, en particular- como el que pone las trabas para su convocatoria. Pasaron los meses, vino el M4, se preparan los otros tres referendos estatutarios autonómicos y ¡hete aquí! que se produce el enroque histérico –llamado así, entre otras cosas, porque se supone que este movimiento se efectúa entre piezas del mismo bando, o, vaya revelación, ¿no será que Podemos y el MAS juegan en el mismo bando (el del centralismo, por ejemplo)?-
Sume usted a todo esto un elemento nuevo que no estaba presente el anterior intento de revocatorio: el absoluto descrédito en el que ha venido a caer la Corte Nacional Electoral y convendrá conmigo en la inviabilidad de este otro intento. Pura simulación, en mi criterio, que desvía la atención del proceso autonómico y distrae al ciudadano de la crisis económica.
Puka Reyesvilla
miércoles, 21 de mayo de 2008
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