miércoles, 12 de octubre de 2011

Iconografía del "nulo"











Si hay algo realmente novedoso de cara a la “elección” de autoridades judiciales es la aparición, por primera vez en el historial nuestras prácticas de voto, de un rechazo masivo al procedimiento de selección de candidatos, que se verá expresado en la también multitudinaria emisión de votos nulos.

En efecto, anular no ha sido una acción importante en pasados procesos electorales. Su rango de emisión no ha superado el 2% de los votos, siendo el “blanco” y la abstención más numerosos, pero, en general, la población siempre ha optado por marcar por alguna opción en carrera.

Las circunstancias, la manera en la que el oficialismo ha obrado, la dependencia del órgano electoral respecto del poder ejecutivo y otros factores, causaron la indignación de muchísimos ciudadanos que, desafiando las amenazas vertidas por los voceros oficialistas, comenzaron a promover el voto nulo.

Innegablemente, la opción por el voto nulo, ha adquirido carta de ciudadanía y se apresta, en sus diferentes versiones, a dar una lección en materia de interpretación política de su mensaje.

En la medida en que las coyunturas fueron incorporando elementos para su sustento, el llamado al voto nulo fue adquiriendo diversos matices, según quien lo convoque o quien tuviera una iniciativa personal que deseara mostrar. Las calles y las redes sociales han sido escenarios privilegiados para la difusión de esta opción de rechazo al engaño que pretende legitimar el oficialismo.

La idea ha servido también para poner en acción la creatividad de varias personas que manifestaron su adhesión al voto nulo de manera gráfica con imágenes tan sugerente como las que vemos aquí.




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