“Todos los anteriores presidentes (de 1990 para adelante) nos recibieron; ¡por qué este nos ataca!” era el angustiado reclamo de una de las marchistas que, camino a La Paz, no daba crédito al modo en que el gobierno de Evo Morales los estaba reprimiendo.
Como ella, el resto de sus compañeros caminantes y gran parte de la población, se preguntan ¿Por qué un presidente que se dice indígena es justamente quien procede de tan cruel manera?
En una reciente carta abierta, el Vicealmirante Ismael Schabib afirma, no sin ironía, que "Hace 20 años gobernaba Bolivia un “despreciable presidente neoliberal”, el Licenciado Jaime Paz Zamora, a nombre de una coalición compuesta por “detestables e insensibles” partidos tradicionales (ADN-MIR), que los fue a recibir a la entrada de la ciudad de La Paz, y el “parlamento corrupto”, compuesto también por otros despreciables “globalizadores y neoliberales” de otro “odioso” partido tradicional, el MNR, los recibió en el parlamento en una sesión especial, y sus demandas fueron atendidas".
Partieron, vinieron y vencieron, podría decirse parafraseando la célebre expresión de Julio César. 21 años después, un gobierno “popular indígena” pretende aplastarlos con fines inconfesables.
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