jueves, 6 de octubre de 2011

Contrastes en marcha




“Todos los anteriores presidentes (de 1990 para adelante) nos recibieron; ¡por qué este nos ataca!” era el angustiado reclamo de una de las marchistas que, camino a La Paz, no daba crédito al modo en que el gobierno de Evo Morales los estaba reprimiendo.

Como ella, el resto de sus compañeros caminantes y gran parte de la población, se preguntan ¿Por qué un presidente que se dice indígena es justamente quien procede de tan cruel manera?

La marchista tiene razón, sobre todo si nos remontamos a 1990 cuando se realizó la primera marcha indígena, “Por el terrirorio y la dignidad”, que partió de Trinidad y que, luego de cuarenta días, a su arribo a la sede del Gobierno, fue recibida por el entonces presidente Jaime Paz Zamora y la ciudadanía en general. Inmediatamente se emitió y promulgó una serie de leyes y decretos que consolidaban el TIPNIS. Como se puede apreciar en la foto, la Policía no reprimió a los marchistas; contrariamente, los acompañó y protegió.


En una reciente carta abierta, el Vicealmirante Ismael Schabib afirma, no sin ironía, que ‎"Hace 20 años gobernaba Bolivia un “despreciable presidente neoliberal”, el Licenciado Jaime Paz Zamora, a nombre de una coalición compuesta por “detestables e insensibles” partidos tradicionales (ADN-MIR), que los fue a recibir a la entrada de la ciudad de La Paz, y el “parlamento corrupto”, compuesto también por otros despreciables “globalizadores y neoliberales” de otro “odioso” partido tradicional, el MNR, los recibió en el parlamento en una sesión especial, y sus demandas fueron atendidas".

Partieron, vinieron y vencieron, podría decirse parafraseando la célebre expresión de Julio César. 21 años después, un gobierno “popular indígena” pretende aplastarlos con fines inconfesables.

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