martes, 2 de septiembre de 2008

EL ARTE DE SACUDIRSE EL MIEMBRO


Con la reciente publicación de El arte de sacudirse el miembro, la más reciente obra del eminente investigador Felicísimo Mealla Uriona, cae el último de los tabúes masculinos. En efecto, cuando ya es moneda corriente hablar abiertamente sobre la disfunción eréctil –un amigo mío comentaba a quien quiera oirle que desde la aparición del Viagra su vida sexual había cambiado drásticamente, aunque ahora afrontaba problemas de próstata-, cuando ya nadie se sonroja al adquirir un condón, la molestia de la que trata este libro era un asunto sistemáticamente evitado. En estas cosas las mujeres ya están de vuelta.

El asunto en cuestión es aquel extraño fenómeno por el que, luego de una micción, y de haber procedido el titular de la misma a sacudir prolijamente su miembro viril, sucede que una vez que éste ha sido escondido dentro de las prendas destinadas a ese efecto – a saber, calzón, en sus diversas variantes y pantalón- una indiscreta gota de orina residual se ocupa de mojar tales ropajes, causando no poco embarazo por lo menos tres veces al día. ¿Verdad que nunca nadie se había ocupado de esta materia?

La obra de Mealla comienza con una descripción fisiológica de la micción: los riñones, dice, producen orina continuamente, pero ésta se va acumulando en la vejiga, hasta que la distensión de la pared despierta el deseo de orinar. Cuando uno llega al baño, relaja el esfínter vesical y desencadena así una mezcla de reflejos voluntarios e involuntarios. No se vaya a creer que este manual –término muy preciso para el caso- carece de rigor.

Entrando en materia, el autor confirma un axioma urinario, invita a desoir un adagio pseudoonanista y propone una solución extrema.

1. La regla dorada (tono muy apropiado). El especialista confirma como tendencia aunque no como categoría absoluta lo que apuntó Aristóteles y luego corroboró Napoleón: “La última gota se queda en el pantalón” .

2. Más de 3 sacudidas es masturbarse. La investigación de campo contradice esta creencia popular. Según el colegiado, se trata de un mito pues sus investigaciones establecen que el cerebro, antes de interpretar una intención de autogratificación erótica, soporta hasta 22 sacudidas del miembro, luego de las cuales el problema de la gota quedará resuelto. Es cuestión de tiempo, dice, ¿dónde está el apuro?, pregunta, y aporta un dato revelador: un 13% de las mujeres lee en el baño, hasta 9 minutos después de finalizada la micción.

3. Si desgraciadamente el problema persiste, hay buenas noticias. La multinacional MEAD ha producido un pañito absorbente que se adhiere discretamente a la tela del calzoncillo (¡tu pareja nunca lo advertirá!).

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