Revista ECOS (Correo del Sur / El Potosí)
Nacido en 1534 y muerto en 1615, Felipe Guamán Poma de Ayala, que se proclamó descendiente de Tupac Yupanqui, jamás conoció ni tuvo referencias sobre un “Año Nuevo Andino”, fiesta que no figura en su famosa Nueva crónica y buen gobierno y, según coinciden los investigadores, en ninguna de las crónicas coloniales tempranas.
Un artículo de la revista ECOS recuerda que la obra del cronista mencionado, escrita hacia principios de 1600, es una de la más utilizadas por las corrientes indigenistas para encomiar a las civilizaciones que existieron antes de la llegada de los españoles.
El cronista señala que la fiesta mayor se realizaba en diciembre, cuando era la “fiesta y pascua solemne del sol, que como dicho es, que de todo el cielo de los planetas y estrellas, y cuanto hay es rey el sol; y así Cápac quiere decir rey, Inti: sol, raymi: gran pascua, más que Inti Raymi”.
Guamán Poma sí menciona una fiesta de junio, cuando se celebra el Año Nuevo Andino, llamada Inti Raymi, pero el autor no la asimila con el inicio de un nuevo año. En junio, dice “hacían la moderada fiesta del Inti Raymi y se gastaba mucho en ello y sacrificaban al sol. Y enterraba al sacrificio llamado capac ocha que enterraban a los niños inocentes quinientos y mucho oro y plata y mullo”.
Los investigadores consultados sobre este trabajo por la nota de la revista ECOS dijeron que no hay nada en las primeras crónicas que permita afirmar con contundencia que existió un “Año Nuevo Andino” que se iniciaba el 21 de junio. Recordaron que el concepto de “calendario” que introdujeron los españoles no coincidía con el que manejaban los pueblos andinos.
Pascale Absi mencionó varios ejemplos de acontecimientos que marcaban el principio de algo y Pablo Quisbert señaló que en el mundo andino existieron cuatro grandes fiestas, que estaban vinculadas con los equinoccios y solsticios.
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