sábado, 28 de junio de 2008
LA PAZ, AL MARGEN
Un día hubo un cabildo; lo único que hizo fue confirmar la sededependencia de La Paz con el agravante de colocarse a la defensiva. Fue, a todas luces, una manifestación digna de mejor causa. Hoy, La Paz está al margen, de espaldas al país, más sededependiente que nunca, aferrada al centralismo mientras Bolivia viene avanzando en la nueva organización del Estado. Cuando todos los demás se encuentren firmemente montados en la autonomía, a La Paz no le quedará más que acoplarse como furgón de cola al proceso. Triste situación para un departamento que supo llevar la iniciativa la primera mitad del siglo XX.
Todavía le queda el peso poblacional con el que puede definir cualquier elección nacional pero su aislamiento voluntario -o, quién sabe, inducido por dirigentes infames- lo va a poner en contra de la corriente del siglo XXI: autonomía con inclusión. La Paz, por obra de los etnócratas, se está autoexcluyendo; antes receptora de personas y capitales, ahora expulsora de los mismos.
Buena parte de los paceños de la post-revolución federal son fruto de uniones de “forasteros” que llegaron a La Paz atraídos por esta entonces tierra de promisión (el que escribe es hijo de chuquisaqueño y pandina). Ahora se hace el camino inverso: las tierras prometidas parecen ser otras; nuestros hijos sueñan con irse hacia ellas. Allá nacerán nuestros nietos y en un futuro cercano las elecciones se decidirán fuera de La Paz.
De seguir las así cosas, La Paz podría ser la invitada de piedra (literalmente, estar en la edad de piedra) a la fiesta de la Bolivia bicentenaria. Suena cruel pero no deja de ser una posibilidad.
Todas estas advertencias me vinieron a la cabeza mientras “colgaba” una foto en mi blog (www.pukacosa.blogspot.com) que le invito a verla. Se llama “La luna y La Paz”, un paisaje nocturno de la capital del departamento con el satélite natural de la Tierra en todo su esplendor. No es una “media luna”, es la luna llena bañando la ciudad con su luz, serena y selena. Depende de la lucidez de nosotros, los paceños, integrarnos o no al país que se está construyendo desde la luna llena. En julio de 2006, una parte significativa de paceños le dijimos “Sí” a la autonomía, pero no alcanzó para vencer a la consigna retrógrada que quiere condenar a La Paz a un destierro en el seno mismo de la patria.
Por su historia, por su valor, por sus luchas, por sus hombres y mujeres que no piensan en dejarla; La Paz se merece una segunda oportunidad. La Bolivia incluyente espera a La Paz. ¿Sabrá La Paz unirse a Bolivia?.
Puka Reyesvilla es paceño, estronguista y socialdemócrata.
Todavía le queda el peso poblacional con el que puede definir cualquier elección nacional pero su aislamiento voluntario -o, quién sabe, inducido por dirigentes infames- lo va a poner en contra de la corriente del siglo XXI: autonomía con inclusión. La Paz, por obra de los etnócratas, se está autoexcluyendo; antes receptora de personas y capitales, ahora expulsora de los mismos.
Buena parte de los paceños de la post-revolución federal son fruto de uniones de “forasteros” que llegaron a La Paz atraídos por esta entonces tierra de promisión (el que escribe es hijo de chuquisaqueño y pandina). Ahora se hace el camino inverso: las tierras prometidas parecen ser otras; nuestros hijos sueñan con irse hacia ellas. Allá nacerán nuestros nietos y en un futuro cercano las elecciones se decidirán fuera de La Paz.
De seguir las así cosas, La Paz podría ser la invitada de piedra (literalmente, estar en la edad de piedra) a la fiesta de la Bolivia bicentenaria. Suena cruel pero no deja de ser una posibilidad.
Todas estas advertencias me vinieron a la cabeza mientras “colgaba” una foto en mi blog (www.pukacosa.blogspot.com) que le invito a verla. Se llama “La luna y La Paz”, un paisaje nocturno de la capital del departamento con el satélite natural de la Tierra en todo su esplendor. No es una “media luna”, es la luna llena bañando la ciudad con su luz, serena y selena. Depende de la lucidez de nosotros, los paceños, integrarnos o no al país que se está construyendo desde la luna llena. En julio de 2006, una parte significativa de paceños le dijimos “Sí” a la autonomía, pero no alcanzó para vencer a la consigna retrógrada que quiere condenar a La Paz a un destierro en el seno mismo de la patria.
Por su historia, por su valor, por sus luchas, por sus hombres y mujeres que no piensan en dejarla; La Paz se merece una segunda oportunidad. La Bolivia incluyente espera a La Paz. ¿Sabrá La Paz unirse a Bolivia?.
Puka Reyesvilla es paceño, estronguista y socialdemócrata.
miércoles, 25 de junio de 2008
lunes, 23 de junio de 2008
sábado, 21 de junio de 2008
viernes, 20 de junio de 2008
EL PLAN "C"
Quien haya escuchado la explicación del vocero de la presidencia acerca del motivo por el que el Presidente apareció en Sanandita y no en Villamontes, como originalmente estaba anunciado, para conmemorar un aniversario más del armisticio entre Bolivia y Paraguay que puso fin a la guerra, pudiera haber visualizado el siguiente cuadro: las calles de "La Benemérita" eran verdaderos depósitos de borrachos y drogadictos en los que éstos habían expulsado sus vómitos, sus meados y sus heces, lo que la hacía poco recomendable para un acto oficial. Luego, no fue por razones de seguridad sino de estética, en el mejor de los casos o de higiene, en el peor.
Mucho borracho y mucho drogadicto desvergonzado debe haber en el país a juzgar por las ya demasiadas veces en que S.E. tuvo que cancelar a último momento visitas anunciadas con gran pompa a poblaciones del territorio nacional -Tarija, la última de ellas-. Casi se podría decir que dos terceras partes del territorio boliviano están pobladas por "duros" y "k´holos" por lo que se justificarían la dicta-dura y la desk´holonizació n. A falta de espacios civiles para su exposición pública, el gobierno dispone de cuarteles en todo el país. Ese es plan "C", con "c" de cuartel y de algunos otros recursos con los que cuenta. El plan "A", el de la ley, nunca estuvo en los planes gubernamentales, al extremo de haber destruido prácticamente toda referencia de institucionalidad; el plan "B", el de los "movimientos sociales", está cada vez más cuestionado. Queda, entonces el "C". De ahora en adelante, no entrecomillaré ni resaltaré la tercera letra del alfabeto, dejando que usted repare en ella las veces que se la trace en lo que resta de esta columna.
Cuarteles. El ya mencionado componente del plan mostró su cara más sangrienta en el traslado de las sesiones de la Asamblea Constituyente al cuartel de Yotala, conocido como "La Glorieta". Los cuarteles se han convertido en uno de los pocos espacios en los que el oficialismo se mueve a sus anchas. En contrapartida, sin hacerse responsable del descalabro estatal, la cúpula militar goza de los mismos privilegios que le supondría estar en la conducción de la nave. ¡Negocio redondo!.
Caracas. Centro del apoyo político-financiero del evismo; destino último, en caso de que el fracaso del proyecto masista se torne más que evidente, de los operadores del chavismo en Bolivia. Entretanto, a cambio de su ayuda "incondicional" , Chávez manda...
Chapare, coca, cocaína. Trípode que sustenta una parte del plan y que proporciona grupos itinerantes con instructivas como "cerco al Congreso" y otras agresiones al uso. Variante: Cerrudo; violento agitador que, vaya uno a saber porqué, no es sometido a lo que la ley dispone para sujetos como este.
Corte Nacional Electoral. Otrora respetadísima institución, hoy en crisis por los afanes del oficialismo de instrumentalizarla a su favor; un retroceso de décadas.
Cuarteles, Caracas, coca, C.N.E., Castro, Chávez, Correa, Cerrudo... ¿estamos condenados?
Puka Reyesvilla
martes, 17 de junio de 2008
20 años
-Apretada crónica de una espectacular historia-
Puka Reyesvilla
15 DE ABRIL DE 2000
Me siento raro. Entrada en mano, hago fila para ingresar en el teatro al aire libre y voy pensando en que esta situación tiene algo de impostura -“ni siquiera me gusta el artista que vengo a escuchar”, me digo-. Entro al lugar y me dispongo a ubicarme en un sector donde, según el criterio que siempre manifiesto a otros, lo acústico prime sobre lo visual, sin que esto signifique sacrificar el sentido del espectáculo -“espectar”, “ver”-. La regular cantidad de público presente facilita la labor y, ya con una sensación de absoluta despreocupación, voy siguiendo el desarrollo del concierto. Terminado el mismo, salgo del “Jaime Laredo”, como todos los demás asistentes, me voy a mi casa y me duermo.
“¿Y qué de extraordinario tiene eso?”, se preguntará usted con justificada razón; “Nada, en realidad”, me precipito a contestarle, salvo que nunca hasta entonces, al menos dentro de territorio boliviano, había tenido que comprar una entrada, ni hacer cola, ni irme como si tal cosa, ni dormir luego de terminado el show, ni… es que había pasado mi vida o “sobre” o “detrás” del escenario (backstage), involucrado en lo que genéricamente se llama “la producción”.
En enero de 2000 me había retirado oficialmente de la actividad –aunque esporádicamente vuelvo a la misma- y estoy en condiciones de confirmar lo que siempre dije respecto de los que se dedican a ella: que se parece mucho a la ginecología, pues “lo que para unos es diversión, para nosotros es trabajo”, Y así fue, ya en calidad de esos “unos”, que disfruté del concierto de Manu Chao, pese a, como ya anoté, no gustarme su monótona propuesta. Paradójicamente, en todo el tiempo anterior traté con artistas que realmente me parecen macanudos durante cuya producción la pasé completamente estresado, agotado, furioso, e incluso, emputado. El grueso del respetable público no tiene idea del trabajo puesto en el montaje de un concierto con ciertas exigencias contractuales –pero por lo menos, el montaje es un periodo de expectación, de creatividad-. Sin embargo, la peor parte del asunto es, créame, la del desmontaje –generalmente hecha de madrugada-, en la que ya no existe motivación alguna que la haga más llevadera.
La historia de la moderna producción de conciertos en nuestro medio tiene, para este servidor, una fecha indiscutible de inicio: 19 de junio de 1988, exactamente hace 20 años, un grano de polvo en el tiempo.
“VUELVAN MAÑANA, POR FAVOR”
No es que antes de esa fecha a Bolivia no llegaran artistas para presentarse ante el público local, no. Hay crónicas que certifican que ya durante el siglo XIX visitaron nuestro país famosas compañías de ópera y concertistas reconocidos internacionalmente; así como las hay aquellas que, en el rubro de la música popular, ya en el siglo XX, registran la presencia de célebre cantantes/actores mexicanos, así como, a partir de los años 50 de ídolos juveniles como Enrique Guzmán o Billy Cafaro para, desde los 60’s, hacerse frecuentes las presentaciones de todo tipo de espectáculos musicales entre los cuales el de Julio Iglesias, a mediados de los 70, en el cine “Monje Campero”, marcó un hito en materia de cobertura periodística y es recordado porque el cantante –más allá del juicio que uno tenga sobre él- retribuyó tal acogida invitando al grupo nacional “Savia Andina” a abrir su concierto en el famoso “Olympia” de París –al menos es así como me lo han contado-.
Raphael, Sandro, Palito Ortega, Leonardo Favio, Roberto Carlos, Los Iracundos, Los Shakers, Fedra y Maximiliano y otros jóvenes de entonces hicieron su paso por el país, escándalo incluido, en algún caso. Radio “Chuquisaca” tuvo mucho que ver con la promoción de éstos y de sus pares nacionales.
Incluso pocos años antes de la fecha señalada hubo producciones “grandes” como la del grupo de fonomímica “Menudo” que enloquecía a las púberes de los 80’s o la de José Feliciano, que es la que más se aproxima a los estándares que consideramos para la nueva época en el rubro.
¿Cuáles son, entonces, las diferencias entre ello y lo que vino después en esta materia? Técnicas y profesionales, principalmente; y de esto nos dimos cuenta el 18 de junio de 1988.
Ese día –sábado- debía presentarse Charly García en el teatro al aire libre (convencer a las autoridades municipales para que autorizaran el concierto es una historia aparte), pero cuando su staff de técnicos llegó al escenario, determino que en las condiciones que tenían en frente, no habría “recital” –como lo llaman los argentinos-. Vanos fueron los argumentos para que reconsideraran esa posición. Entretanto, la presión del público hizo que los encargados de los ingresos, los abrieran y, con el lugar repleto, la situación se complicó. A eso de la 19:00, mientras los otros dos involucrados (Agustín y César Morales) negociaban con el manager de García la postergación del concierto, el que escribe, megáfono en brazo, en medio de las graderías, se dirigía a los presentes pidiéndoles que “por favor” volvieran mañana (domingo 19). Uno esperaría que se lo “traguen vivo”, pero en un arranque de generosidad colectiva –no encuentro otros términos- se retiraron pacíficamente; mucho hacía el hecho de que García estaba, efectivamente, en La Paz. Las horas siguientes se hizo una campaña para recolectar refuerzo sonoro y lumínico, trayendo algo vía aérea desde santa Cruz (ya Sonilum se perfilaba como la empresa “del futuro”) y en la tarde del 19 se tuvo el “OK” de la producción argentina. Quienes estuvieron aquel día entre el público, todavía lo califican como “el mejor de todos los tiempos”, apreciación más bien subjetiva porque desde entonces las condiciones técnicas no han hecho sino mejorar
–aún así hay contingencias que influyen en la calidad de un espectáculo-. El punto que quiero subrayar para dejar claramente establecida la diferencia entre un tiempo y otro es que las condiciones técnicas que el staff de García había vetado eran las que se tenían –incluso algo mejoradas- cuando otros espectáculos habían tenido lugar en ese teatro. Hay que agregar que, hasta entonces, los shows eran más bien elitistas; se hacían más en hoteles 5 estrellas que en lugares para asistencias masivas, lo que facilitaba la acometida técnica. Los que hacía la “Chuqui” en el TAL eran de día y con sistemas de megafonía muy rudimentarios. La producción moderna había llegado ese 19 de junio de 1988.
LOS ECOS
“Con un éxito total de taquilla, el recital del músico argentino Charly García se vio repleto de jóvenes que acompañaron al cantante y compositor a lo largo de todo el espectáculo con palmas, coros, voces y alegría. Por primera vez en nuestro país, un conjunto de rock logró conseguir un seguimiento como este (a Bolivia no vienen normalmente figuras internacionales de buen nivel)”, decía el boletín de la Casa de la Cultura.
“Por vez primera pude ver el tétrico escenario del teatro al aire libre convertido en una magnífica e imponente muestra de resplandor, luces y belleza, música y alegría contagiante; fue algo realmente para no olvidar”, anotaba Miguel Maldonado en El Diario.
“Dijimos hace algunos días que las grandes presentaciones de rock eran ‘raras’, sobre todo en Bolivia. El domingo participamos pues de una de esas contadas presencias musicales: un equipo de sonido eficiente, luces, euforia, calidad”, apuntaba Mauricio Souza en Última Hora.
El eco fundamental, sin embargo, fue el de la propia producción de conciertos que siguió a aquel hito. Desde entonces el país recibe, en condiciones más que aceptables, a todo tipo de artistas; ya habrá tiempo para referirse a otros espectáculos memorables (como adelanto va el CD de regalo con esta edición). Mientras, el show debe continuar.
lunes, 9 de junio de 2008
Ser socialdemócrata en Bolivia
Hago conocer que en la sección "Foros" del portal www.sibolivia.com he abierto un espacio bajo el título "¿Qué significa ser socialdemócrata, hoy, en Bolivia?". Espero aportes. Ahhh! para poder opinar hay que registrarse en la parte superior derecha del portal.
Un abrazo,
Puka Reyesvilla
viernes, 6 de junio de 2008
Exenificación del Próximo Crimen de Lesa Democracia
La escena de un individuo secuestrado por agentes gubernamentales, trasladado aparatosamente a cientos de kilómetros y presentado como sedicioso sin previa imputación formal parece sacada de los tristes tiempos de andar con el testamento bajo el brazo. De chico me tocó ver cómo los “tiras” de la dictadura se llevaban a mi viejo –en pijama y sin darle chance siquiera de cambiarse- con destino desconocido; de ahí que soy hipersensible a esta clase de abusos de poder. Es una cuestión de principios; no me corresponde decir si ese pobre diablo es o no es un malandro. Esa es tarea de la justicia dentro de un debido proceso, y como en el hecho mencionado no ha existido, ésta ha actuado en consecuencia declarando la libertad pura y simple del sujeto (no digo “imputado” porque nunca lo fue).
He querido comenzar mi entrega de hoy con el caso más reciente del amplio repertorio de violaciones constitucionales que el gobierno de Morales viene perpetrando desde que se hizo cargo de la conducción del Estado: el de un residente de Sucre al que, por órdenes directamente impartidas desde el Ministerio de Gobierno, le fueron atropellados sus derechos como ciudadano desde el momento de su secuestro a manos de “tiras” de la regresión política hasta el momento en el que era conducido ante el juez bajo el riesgo de ser retenido por los “movimientos sociales” con las previsibles consecuencias que ello implica. La determinación de la autoridad judicial permite apreciar que todavía quedan resquicios de institucionalidad democrática en el país.
No es el caso de la Corte Nacional Electoral, que ha entrado en un proceso de franca erosión institucional que tiende a liquidar el gran legado que dejaron para ella gestiones previas: la credibilidad. Hoy la CNE es un bodrio que no genera confianza, atributo imprescindible para administrar procesos electorales, poniendo en duda si aún posee las cualidades que la hicieron merecedora de ella hasta hace unos meses: transparencia, imparcialidad, independencia y autonomía.
Tal como la veo –hablo a título estrictamente personal- no la encuentro apta para hacerse cargo de dicha tarea, a menos que encare una renovación total de sus vocales, volviendo al espíritu original de su naturaleza: el de seleccionar a ciudadanos notables, prendas de garantía para la democracia. Tengo nombres en la mente pero les haría un flaco favor proponiéndolos en un clima en el que las susceptibilidades están a flor de piel.
Insistir en llenar acefalías manteniendo el bochornoso espectáculo que protagonizan los tres vocales residuales puede llevar a la exenificación del mayor crimen de lesa democracia, tiro de gracia incluido, contra el Estado de Derecho, dado que su primera y acaso última prueba será un referéndum diseñado por Escher, aquel que dibujaba bajadas que llevan a la azotea y subidas que llevan al sótano.
PUKA REYESVILLA
miércoles, 4 de junio de 2008
El destornillador
Un destornillador vulgar y silvestre como el que aparece en la foto me hizo pasar un mal rato en el aeropuerto. Sucede que los rayos "x" detectaron la presencia de un objeto peligroso dentro de mi maletín. Al revisarlo físicamente, los encargados de seguridad hallaron el dichoso aparejo, bien acomodado en el interior de mi neceser. Lo único que se me ocurrió fue decir "se los regalo" y la cosa fue a parar aun ánfora transparente junto a otras similares.
Si me ponía a explicar qué hacía esta "arma blanca" dentro de mi equipaje de mano, me hubiera complicado la vida porque la historia es un tanto inverosímil, en fin.
Resulta que en la materia que dicto en la "U" doy una explicación bastante demostrativa de lo que es una lista de atributos usando como ejemplo un destornillador. Previniendo no poder ir a otro lugar que no sea la universidad a mi retorno tenía preparada la clase con el instrumento en cuestión y todo. ¿Me hubieran creído? Creo que no.
Puka Reyesvilla
martes, 3 de junio de 2008
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