Casi ninguna, o muy poca, importancia se les ha dado a unos datos consignados en una encuesta de Ipsos publicada por Página Siete. Una lectura meditada de los guarismos que revela dicha consulta estadística confirma los temores oportunamente manifestados sobre la desbolivianización de los bolivianos, sobre todo en la parte occidental del país.
No puedo dejar de observar un efecto inversamente proporcional a la percepción –muy subjetiva, desde ya- que se tenía, desde este lado de la nación boliviana, que se tenía sobre nuestros compatriotas del oriente, los cruceños en particular, quienes se reconocían antes en la región –la “patria chica”- antes que en su pertenencia nacional –y a mucha necesidad-. El centralismo los enfermaba, pero a mayores grados de autonomía –o por lo menos de “sentimiento autonomista”- parecen sentirse más bolivianos.
En cambio, fruto del discurso aymaracéntrico del régimen, el otrora reducto “crisol de la bolivianidad” (La Paz/El Alto) privilegia su pertenencia a la nación étnica antes que a la nación política –y seguramente, a mucha necesidad-.
Total, que más de 50 años de construcción de nación se están escurriendo por el sumidero de la prédica masista. ¿Renacerá la bolivianidad por el Oriente? ¿Son las tricolores que vienen desde el Beni una señal de ello? ¿Está consciente el régimen de que recibió una nación y al irse va a dejar como tarea volver a juntar las piezas del rompecabezas que ha ocasionado? ¿Todavía se podrá hacer tal cosa?...
Es que los números son alarmantes. Mientras por estas pampas los encuestados consideran sólo en un promedio de 20% que lo que predomina es la bolivianidad, en la zona oriental ésta es valorada en un 45%, por encima de pertenencias de carácter étnico o regional. El 80% de los paceño/alteños se asumirían como bolivianos por defecto –este criterio es personal-.
Cierro con un fragmento de un subeditorial del El Día: “La diversidad es una riqueza, pero esta no debe impedir la construcción de un imaginario común, como lo han logrado naciones mucho más “plurinacionales”, “pluriculturales” y “multiétnicas” que Bolivia. Lo “pluri” puede ser una ventaja, pero no hay duda que se vuelve un tremendo problema cuando se lo usa para dividir en lugar de unir piezas de un mismo cuerpo”.
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