viernes, 10 de febrero de 2012
"Cumbres" devaluadas
A estas alturas, el término “cumbre” aplicado a las reuniones convocadas por el régimen a modo de dar algo de barniz democrático a su proverbial autoritarismo, se ha vaciado absolutamente de contenido, por el abusivo uso del mismo y porque éstas no son sino encuentros partidarios de auto-aplauso.
Esto viene a cuento porque, ni bien terminada una “cumbre” que evacuó setenta (70) ocurrencias de leyes, el Presidente vuelve a la carga, en un momento delicado para su imagen, a convocar a otra; esta vez para tratar lo que el régimen llama “consulta previa” sobre la destrucción del TIPNIS, tema en el que lo que corresponde es cumplir con la Constitución y las leyes que protegen dicho territorio. Ninguna “cumbre” está por encima de las leyes -muchas de las cuales son de factura del propio régimen- ni de los convenios internacionales de los que Bolivia es signataria.
“Estamos convocando a una gran reunión con los movimientos sociales (…) para organizar una comisión técnico-jurídica que discuta una norma de consulta previa, basada en normas de la OIT, las Naciones Unidas y la Constitución”, ha dicho, con absoluto desparpajo, Evo Morales.
El régimen, sumido en la incompetencia y presionado por los cocaleros y sus intereses ilegales, trata de borrar con el codo lo que firmó con la mano.
Entretanto, la ciudadanía, estupefacta ante tal actitud, comienza a organizarse, tal como lo hizo entre septiembre y octubre de 2011, para manifestar su repudio a la “estrategia envolvente” del oficialismo.
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