viernes, 28 de mayo de 2010

Marzo, mayo, exilio




Marzo: Me encuentro en mi pieza en el hotel Beacon, contiguo al teatro del mismo nombre, en Nueva York. Hotel y teatro que acogieron, entre el 29 de octubre y el 1 de noviembre de 2006, a los Rolling Stones. Del concierto del 1 de noviembre salió el material con el que Martin Scorsese armó la película Shine a Light presentada en la Berlinale de 2008. Tiene su encanto fantasear con que algún Rolling se paseó por esta misma habitación —macanudas damas incluidas—. ¡Quién fuera un Stone!

Sobre la mesa de trabajo espera pacientemente a ser leído el libro Exile on Main Street - A Season in Hell with The Rolling Stones, del autor Robert Greenfield (Exilio en la calle principal - Una temporada en el infierno con los Rolling Stones). Lectura obligada dado que desde principios de año la oficina de prensa del grupo viene amenazando con una reedición del disco de título homónimo (Exile on Main St) de 1972 que incluirá una decena de canciones recién “descubiertas” entre las cintas de las sesiones de aquella grabación. Viene prometiendo también la edición de un libro —¿definitivo?— sobre el mito que lo rodea y una película, para mayor abundamiento.

La leyenda proviene de las circunstancias y los rumores que impelieron a la banda a dejar el Reino Unido para exiliarse (de ahí el nombre del producto, aunque fue la segunda opción) en el sur de Francia, en el área de la Costa Azul, para lo que alquilaron un caserón conocido como Villa Nellcote durante el verano de 1971. Las circunstancias: problemas con el fisco británico que se queda con más del 80% de los ingresos del grupo. Los rumores: los excesos que, se dice, ocurrían dentro de la villa y sus alrededores. En medio, la boda de Jagger en Saint Tropez, aunque el verdadero (anti)héroe de esta historia es Keith Richards.

Publicaciones de la época como la revista argentina Pelo titulaban: “¿Los echan o se van? Algo está pasando con los Rolling Stones. ¿Por qué se van a Francia?”. Lo cierto es que entre los Rolling y Francia (donde descansa en Paz Jim Morrison) se inicia un largo romance.

Mayo: Cannes, Francia. Los “muchachos” presentan el documental Stones in Exile, dirigido por Stephen Kijack, para que sus seguidores se den otro pantagruélico festín audiovisual. La reedición del álbum comienza a circular y, a su escucha, me pregunto ¿cómo pudieron tan buenas piezas quedar al margen del trabajo original? En fin, se me ocurre que todas éstas son simples “probaditas” para lo que podría venir con motivo del aniversario número 50 de la banda (2012).

Exilio: A la manera de un bonus track en un disco compacto, de un extra feature en un DVD o de un “fuera de programa” en un acto político —la parte más sabrosa de éstos, me voy con la mente puesta en aquellos compatriotas que ante la ausencia de garantías para un debido proceso, unos, o ante la persecución de que son objeto, otros, optaron por el exilio. Quien sabe lo que es tener a un miembro de la familia en el exilio sabrá entenderlo.

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