sábado, 29 de diciembre de 2012
jueves, 27 de diciembre de 2012
jueves, 20 de diciembre de 2012
2012: el "Año de la Caca"
Otra gestión que concluye y la tercera que me ocupo de
caracterizar con una sinécdoque (la parte por el todo), producto de las
acciones que el propio régimen se encargó de ponerle firma.
Así, para quien escribe, y a manera de no olvidarlo, 2010
fue el “Año del Rodillazo” en alusión al artero golpe de rodilla que Su
Excelencia propinó en los testículos a un eventual rival deportivo que osó
“robarle” el balón. Esta actitud pinta de cuerpo entero el modo arbitrario en
que el régimen entiende y practica el poder.
2011, en la misma línea, fue el “Año del MASking”, en
referencia a la brutal represión de que fueron objeto los marchistas del TIPNIS
en la localidad de Chaparina, cuyas bocas fueron selladas con cinta “masking”,
clara representación de la postura gubernamental sobre la libertad y los
derechos humanos.
Dichas caracterizaciones no me significaron dificultad
alguna; eran imágenes que gritaban su elección.
Elegir la de estos doce meses fue un poco más complicado,
dado que las candidaturas en juego mostraban, todas, un vigor inusitado.
Finalmente, tres finalistas quedaron en competencia y de ellas emergió la más
emblemática.
Pensé en el “Año sin calzón”, a raíz de las coplas
carnavaleras que se despacharon el Presidente y sus ministras sacando a relucir
todo su machismo, el primero, y su
alcahuetería, éstas.
También consideré el “Año de la flojera”, merced a que el
Primer Mandatario atribuyó esta calidad a los habitantes del oriente del país,
para luego enjuiciar a los medios que dieron cuenta de tal apreciación
presidencial.
Por último, me decidí por el “Año de la Caca”, en
alegoría a la expresión del señor Morales respecto de Estados Unidos.
Se suele decir, sin embargo, que las palabras pueden
volcarse en contra de quien las profiere. Así ocurrió con las escatológicas
expresiones presidenciales: de pronto, como una emanación del subsuelo a causa
de una presión incontenible, la materia fecal que escondía el régimen en varias
de sus estructuras –Ministerios de Transparencia, de Gobierno y de la
Presidencia, principalmente, amén del Órgano Judicial- salió despedida con gran
estrépito provocando la repulsa generalizada de la ciudadanía.
Total que, para mí, 2012 fue el “Año de la Caca”
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Bolivia,
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Puka Reyesvilla
miércoles, 19 de diciembre de 2012
jueves, 6 de diciembre de 2012
El "Efecto Penn"
Vino, vio y venció… y, de paso, sin ser consciente de
haberlo hecho, destapó la cloaca más hedionda que el régimen mantuvo
herméticamente cerrada hasta hace poco: la de su ser mismo.
Llegó con un encargo particular, pero para cumplirlo tuvo
que prestarse a ser objeto de la exposición pública en calidad de “soldado del
‘proceso de cambio’”, partido de fútbol incluido.
Una vez liberado del triste papel, digno, sin embargo de
un premio de la Academia, se ocupó de lo suyo: tomar contacto con un
conciudadano suyo, víctima de la hasta entonces ignorada red gubernamental de
extorsión. Digo ignorada y no desconocida, porque la oposición, en particular
el senador Roger Pinto asilado, hace ya medio año, en la embajada de Brasil sin
que el régimen le facilite el salvoconducto que posibilite su refugio político,
trató, infructuosamente, de llegar al señor Evo Morales con la documentación
que contiene indicios de lo que posteriormente se supo gracias a la visita del
artista de cine Sean Penn.
El motivo de la no concesión de salvoconducto a Pinto era
el temor del régimen a que, una vez en Brasil, éste divulgara dichos documentos
a los medios –“Veja”, por ejemplo- y el mundo se enterara de la red extorsiva
gubernamental.
Toda vez que el escándalo está en curso –causando ajustes
de cuentas entre jerarcas del régimen- ya no tiene sentido seguir reteniendo al
senador y debería facilitársele el salvoconducto de inmediato.
A estas alturas, y con absoluta propiedad, se puede
hablar del “Efecto Penn” y su influencia en el curso de los acontecimientos que
a cada momento complican más y más al régimen, que, por primera vez, luce
inerte, exento de recursos políticos que le sirvan para amainar la implosión de
su ser, de su corrupto ser.
Sumados los casos “Santos Ramírez”, “Sanabria” y “Red
Gubernamental de Extorsión” hacen palidecer a otras dictaduras como la de
García Meza con sus “Piedras de La Gaiba”, “Diario del Che”, “Carritos Hanne” y
“Narcomilitares”.
¿Hasta qué nivel llega la mafia gubernamental? ¡Quién
sabe!, pero todavía me inquieta la frase del Vicepresidente cuando, en agosto,
le preguntaron sobre Ostreicher: “La demora (retardación de justicia) es
generalizada, y no solamente afecta al ciudadano estadounidense”. A Penn
entendedor…
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