viernes, 14 de septiembre de 2012

No es pura coincidencia


Probablemente “El Príncipe” sea el producto de la consultoría –oficiosamente elaborada por Maquiavelo mientras pasaba el tiempo entre rejas- más perdurable de la historia. Las prescripciones, fórmulas y recetas que contiene son frecuentadas por príncipes chiquitos de toda laya para engordar su poder y perpetuarse en él.

Podría decir, a manera de muletilla, que si lo que vendrá a continuación guarda alguna semejanza con la realidad es pura coincidencia,  pero no me saldría muy natural; es que la apropiación que ha hecho el régimen de la rancia consultoría de don Nico es tan deliberada como sistemática en su aplicación, casi de manual, de texto de cabecera.

Don Nico, que sólo quería agradar a don Lorenzo, vería espantado cómo sus recomendaciones son asumidas sin el menor empacho por el Gobierno de un país que ya las había superado con la llegada de la democracia que hoy, pronta a cumplir 30 años, se encuentra herida de muerte.

Repasemos, puestas en términos coloquiales, algunos de los consejos nicolescos –mejor conocidos por sus connotaciones perversas como “maquiavélicas”-:

  1. Sostener un ejército poderoso.  Paraguay no debería preocuparse, el régimen se porta regalón con las FFAA sólo para amedrentar a la población local… no le alcanza para más, pero con esto tiene suficiente.
  2. Dividir para reinar. Su accionar respecto del TIPNIS es el súmmum de la dichosa receta.
  3. Controlar la distribución de noticias. Anda “de compras” hace años y hace la norma a su medida. Ver “Ley de telecomunicaciones”.
  4. Emplear hábilmente la propaganda con el fin de convencer al pueblo de que es libre. ¿Alguna duda sobre este punto?
  5. Presentarse a sí mismo como defensor de los débiles, de la justicia, del derecho, de la libertad, de la cultura y del progreso. Todo esto bien etiquetado como “proceso de cambio”, el eslogan político más exitoso de los últimos veinte años.
  6. Desprestigiar a los opositores, describiéndolos como enemigos de la humanidad, de la libertad y de la cultura. Y no sólo eso…
  7. Eliminar sin asco a los posibles rivales. Perseguirlos, enjuiciarlos, acosarlos, golpearlos.
  8. Hacer exhibición impúdica de su poder. Ver: “boda”.
No, no se trata de pura coincidencia.

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