jueves, 1 de septiembre de 2011

Gran pachamamada, gran



Por ingrato para el régimen que haya sido así, es menester recordar que fue el tiempo de los genéricamente –y, por tanto, indiscriminadamente- llamados “gobiernos neoliberales” (que para el Dr. Morales Ayma va de 1492 a 2005), el que legó para el presente y el futuro de las y los bolivianos una serie de medidas de corte medioambiental que permitieron llegar al siglo XXI con relativamente buenas credenciales en materia de conservación y mejores aún en materia de biodiversidad. Alguno podría sostener que lo hicieron por sacarse la mala conciencia del capitalismo salvaje… aún si fuera así, el hecho es que lo hicieron.


Los “neoliberales”, entre otras cosas, decretaron la “Pausa Ecológica Histórica” de 10 años –Paz Zamora- crearon la cartera de Medioambiente (dependiente del superministerio de Desarrollo Sostenible) –Sánchez de Lozada, primer periodo-, llegaron a erradicar casi en su totalidad los cultivos de coca ilegal del Chapare –Bánzer, gobierno constitucional- y, lo más importante, a lo largo de años de “neoliberalismo” se fueron consolidando las áreas protegidas y los Parques Nacionales, mediante dispositivos legales y estructuras institucionales.


Todo hacía parecer que el “indígena” que se presentaba como el paladín de los derechos de la Madre Tierra por sobre todas las cosas, más allá, incluso, de los derechos humanos (secundarios, según su punto de vista), habría de ser quien continuara y mejorara lo ya hecho en este esfuerzo.

Sabemos ahora que el famoso discurso de la Pachamama es pura pose y que se ha trocado en una vulgar pachamamada. En el trasfondo de la tozudez por imponer, sospechosamente, una carretera que atraviese un Parque Nacional, está la puesta en entredicho de la existencia de estos espacios biodiversos; máxime si lo previsible es la ampliación de la frontera cocalera con sus implicaciones narcovinculadas.


En un ámbito más amplio, éste es el típico caso en el que el remedio resultó peor que la supuesta enfermedad a combatir: en lugar de democracia, fascismo; en lugar de transparencia, corrupción descomunal; en lugar de eficiencia, parálisis de gestión; en lugar de nación, desintegración y racismo; en lugar de Pachamama, pachamamada.



5 comentarios:

Erick dijo...

Creo que, sin poses ni demasiadas pretensiones filosóficas, terminaste siendo el último genuinamente contestatario de tu generación

Rodolfo dijo...

Sos mucha cosa!!

Al Miranda dijo...

En tu honor haremos el "parque PUKASICO"

Leyla dijo...

admmiro bastante su sabiduria, y su forma de juzgar.!!

Anónimo dijo...

A ver, a ver, a ver...
Primero.- El discurso medioambientalista ha financiado, con generosos suelditos, a varias generaciones de teóricos de la protección de los recursos naturales renovables. Lo de teóricos lo subrayo.
Segundo.- En Bolivia (republicana o plurinacional) las leyes, decretos y resoluciones ministeriales/adminsitrativas, son pura literatura. Es mucha cosa si se conocen y cumplen a dos cuadras a la redonda del km.0.
Tercero.- Morales Ayma utiliza el discurso de la madre tierra para atacar a lo gringos, así como podría utilizar a la Lewinsky o el alcoholismo de W. Bush, para ganarse el título de anti-imperialista.
Cuarto.- no creo en Morales Ayma, no creo en la Pachamama, no creo en el TIPNIS, no creo en la carretera, no creo en John Lennon, SÓLO CREO EN MI.