jueves, 25 de noviembre de 2010

Arbitr(ari)os




A comienzos de semana ocurrió un hecho que si bien está relacionado al ámbito deportivo, dadas sus características, lo excede hasta el punto de poder plantear, a partir del mismo, semejanzas con casos análogos vinculados a otros ámbitos.

Sucede que durante el partido por la definición del tercer lugar en la categoría sub-20, cuyo resultado oficial marca Paraguay 2 – Bolivia 1, el juez del cotejo actuó abiertamente parcializado a favor de la selección boliviana, llegando al extremo de anular 5 goles -¡cinco goles!- legítimamente anotados al plantel guaraní.

Esto, de por sí escandaloso, se pensaría que fuese el sumum del caradurismo. Pero habría más; hacia el epílogo del encuentro, jugándose ya en tiempo adicional, al mentado árbitro no se le ocurrió mejor idea que inventar un penal –obviamente a favor de la Verde- para forzar un empate que a su vez forzara a un alargue o, incluso, a la tanda de penales. ¡Quién sabe qué otros fallos –en doble sentido semántico- hubiese acometido en su propósito de torcer el marcador hasta regalarles el triunfo a los locales!

En decorosa actitud, sin embargo, el seleccionador boliviano, Marcos Sandy, ordenó al ejecutor del tiro pifiarlo, cosa que ocurrió y el partido concluyó con el resultado oficial ya mencionado.

¿No le suena familiar esta historia? ¿No la vive a diario, ya sea en carne propia o través de las informaciones? Bolivia, nuestra patria, está siendo sometida, en nombre de un “proceso de cambio” a un escandaloso escamoteo de los goles anotados por diversas expresiones de oposición que obtuviero, legal y legítimamente, gobiernos municipales y departamentales. El régimen, utilizando a sus operadores, no solo anula sus tantos sino que expulsa a los jugadores que los marcaron. Y para el futuro, ya promulgó leyes –como la del Régimen Electoral- que le permitirán inventar penales por si la situación tornase demasiado adversa.

A diferencia del caso futbolero señalado, no parece que entre las huestes etnonacionalistas haya un “Sandy” que tenga la lucidez ética de avergonzarse del obseno comportamiento de sus operadores judiciales. Por el contrario, asumen con total desparpajo su papel de promotores de todo tipo de arbitrariedades –los árbitros han degenerado en arbitrarios-. Se cohonestan entre sí.

Lo hemos escuchado, con estupor –no hay peor sordo que el que no quiere oir- por boca de un asambleista tarijeño: “(de alguna manera).. tenemos el control del Poder Judicial y del Poder Electoral”; a confesión de parte, relevo de prueba.

Curiosa ha sido la reacción en el oficialismo: mientras un ministro dice que ésta y otras frases igualmente desprovistas de sentido democrático fueron dichas en acto público –si así hubiese sido habrían aparecido como información en los medios; no como denuncias-, otra ministra se mostraba más preocupada por cómo se había obtenido la grabación. En todo caso, nadie negó la autenticidad del registro.

Sincrónicamente, el comandante de las FFA regala política a la institución armada en gesto servil indigno de funcionarios que se dicen cultores del honor. Para desazón del muy regalón, los comentarios “de casino” que le prodigaron sus propios camaradas, no son precisamente los más amables. Me reservo el derecho de no mencionar los términos, en jerga militar, que le dedicaron.

Es deber de las FFAA acompañar al gobierno constitucionalmente elegido, se éste de la tendencia que fuera; con asumirse como celosamente respetuosas de la Constitución, tendríamos una gran institución.

Imaginemos que un gobierno cualquiera optara por definirse como “satanista y andropáusico” y que, acto seguido, las FFA se declaren “satanistas y andropáusicas”…. Así de grotesco es este asunto.

¿Le suena “democracias inédita”? Ref: García Meza/Arce Gómez.

2 comentarios:

Pablo Pacheco dijo...

La situación que vivimos es diseñada por mentes revanchistas, anacronizadas en luchas ideológicas de los años 40, envenenadas con rencor e ignorancia, combinación que retrasa el desarrollo.

maria carola mercado dijo...

Solo soy una ama de casa y madre de familia, asi que no se si existe la categoria sociológica de "pérdida de razón colectiva". Si existe, es lo que nos pasa a los bolivianos y bolivianas. Si no existe habría que inventarla. Todos y todas hemos perdido la razón. Evo pidiendo que detengan niños, el milico diciendo que el ejercito es anticapitalista, el cocalero pidiendo la expulsión del obispo, la gente votando por el Evo, el ministro de hacienda diciendo que ya no somos un pais pobre. ¡¡¡sólo nos falta convencernos de que vamosa ganar el mundial de futbol!!