Que se enfrenten la verdad y la falsedad; ¿acaso se ha visto alguna vez que la verdad sea derrotada en una confrontación franca y leal? -John Milton-
Hace casi un mes que ya había decidido dedicarle unas letras al hecho que las motivaría sin imaginar que semanas más tarde la víctima del mismo se habría de encontrar en una situación cualitativamente distinta. Entonces era sólo un preso político; hoy es, además, candidato a la Vicepresidencia de Bolivia. Esto me puso ante la disyuntiva de desestimar tal intención o de llevarla a cabo de todos modos, cosa que estoy haciendo aún cuando el nuevo contexto hará que adquiera un sentido no esperado originalmente: ser consideradas como un guiño al binomio del cual forma parte el aludido.
Si hasta hace apenas tres semanas no se nos había ocurrido que un preso político se anotaría en la carrera electoral desde su centro de reclusión, hace un ano, cuando fue secuestrado y luego extrañado a La Paz, la idea hubiera causado asombro (por lo estrafalaria). Si bien estaba claro que, con su torpeza, Quintana lo potenciaba políticamente, la prueba de ello se vería luego de recuperada su libertad. No necesitó siquiera hacerlo para que, pese a todos los recursos desplegados, el Gobierno perdiera el referéndum sobre la CPE en Pando. Esto enfureció tanto al oficialismo que persiste en su afán por someter a los pandinos así sea acarreando votantes de otros lares. ¿Lo conseguirá finalmente?
Aquel 16 de septiembre de 2008 puse en mi bitácora (www.pukacosa.blogspot.com) una entrada con el título"Vaya Día" en la que dejo mi impresión sobre la arbitraria detención de la que fuera objeto el entonces Prefecto de Pando, Leopoldo Fernández. El operativo me hizo recuerdo a los sombríos días de la dictadura: una autoridad democráticamente elegida era derrocada militarmente, conducida fuera de su jurisdicción natural y encarcelada hasta la fecha sin habérsele iniciado proceso. Estas condiciones me hacen afirmar que, así suene excesivo, en Bolivia la democracia está encarcelada. Dijimos en su momento que si esto podía hacerse con una personalidad constitucionalmente elegida para ejercer el alto cargo departamental, nadie estaba protegido ante los abusos gubernamentales. Y así ocurrió, "guantanamizando" a La Paz, ciudad que celebró 200 años de libertad convertida en prisión política. ¡A tanto llega la obsecuencia de algunos funcionarios!
Total, que el ahora ex Prefecto de Pando -departamento hoy intervenido por un monigote de uniforme- simboliza, al ser el preso político de mayor influencia, el uso perverso que el Gobierno hace del poder, la arbitrariedad con la que el régimen atropella las leyes y la complicidad de los organismos de derechos humanos en la violación de los mismos que comete éste.
Dado que las instancias llamadas por ley para encausar judicialmente a Fernández no parecen tener las bases para una acusación sólida en su contra, lo que ratifica su condición de preso político, la resolución del caso ha de ser también política. El voto ciudadano podría ayudar a liberar la democracia.
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2 comentarios:
Bien dicho!!
hasta que porfin sale a luz lo que tenias guardado hace tiempo, ya lo sabiamos muchos pero para los incautos que aun dudaban esta es una muestra para entender todos tus argumentos, esta es una muestra clara de la inclinacion de los dizque analistos, esto si es para arrojar y dar un escupitajo la laucha
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