miércoles, 9 de julio de 2025

De regreso al futuro


 


A comienzos del siglo XV, el mundo de aquel entonces ya se había sacudido de la larga noche de la edad media y comenzaba a vivir sus años dorados. Florencia, próspera y orgullosa, se erguía como el centro de la actividad cultural de Europa. Quien quisiera hacerse de un nombre en el campo del arte debía radicar en esta ciudad dado el ambiente estimulante para el desarrollo artístico, en buena medida debido al impulso que las autoridades daban su desarrollo.

En ese marco, el Consejo de la Ópera del Duomo, convocó a un concurso para solucionar el problema de la catedral que, durante 80 años había quedado abierta a la intemperie porque no había constructor capaz de dotarle de una cúpula que no se viniera abajo en poco tiempo debido a su descomunal dimensión. Luego de las respectivas consideraciones, finalmente fue Bruneleschi quien se adjudicó la obra y, años más tarde, la entregó, para beneplácito de los florentinos.

En materia de construcciones y esculturas, el esplendor del Renacimiento ocurrió, en parte, gracias al redescubrimiento de antiguas técnicas romanas que habían quedado olvidadas, y muchas de las obras fueron destruidas al paso de las invasiones de los bárbaros.

Siguiendo nuestro ejemplo, Bruneleschi y otros, se habían interesado en el famoso Panteón, cuya reconstrucción fue hecha por el emperador Adriano en el siglo II. Al estudiar la manera en que se logró construir una cúpula de gigantescas proporciones, las pudo aplicar en la catedral y, con ello, solucionar el reto.

Puedo decir que los bárbaros interrumpieron el futuro -y la edad media no hizo gran cosa para reimpulsarlo- hasta que el Renacimiento superó el milenio perdido y proyectó a la humanidad hacia grandes aportes en varias disciplinas, algunos de los cuales se inspiraron en otros tantos logros producidos en la antigüedad clásica.

Pues bien. En Bolivia, los bárbaros -con los instrumentos de la democracia, al comienzo, y con el secuestro de ésta, luego- tomaron el poder hace veinte años y arrasaron con toda la construcción institucional que se venía diseñando con miras al futuro. En octubre de 2025 escribí el artículo “Vivir bien (a cuenta de las futuras generaciones)” (https://pukacosa.blogspot.com/2015/10/vivir-bien-cuenta-de-las-proximas.html) en el que, entre otras cosas, afirmaba: “Los últimos años, el régimen, vía propaganda, ha vendido la idea de una jauja atribuida a su genial líder, cuando en realidad se trata de una bonanza con pies de barro”. Dicho y hecho. Hoy, las nuevas generaciones cargan el peso de semejante barbaridad (o barbarie) y para volver a mirar al futuro hará falta un tiempo, ojalá breve, de sacrificio y austeridad, luego del cual retomaremos el camino al porvenir.

Para ello habrá que regresar al futuro donde lo dejamos, sin que esto signifique aplicar tal cual los avances institucionales que fueron implementados entonces -muchas cosas cambiaron, sobre todo en materia tecnológica, desde aquellas veces- sino más bien, retomar el “espíritu” con el que se concibieron. Solo a modo de ejemplo:

En Economía. Llámenle como quieran, pero el mecanismo que se conocía como “Bolsín” fue el mejor para establecer el mercado de moneda local con la divisa.

En Educación. Explorar la reforma educativa, proveniente del Congreso de la Educación de 1992 y plasmada en ley en 1995, con su visión local/global y su fuerte énfasis en la evaluación -absolutamente negada por la gestión del régimen saliente- de la calidad educativa.

En Justicia. Elección de Magistrados no es participación popular en la justicia; más cerca de ese concepto fue el de “jueces ciudadanos” que se aplicó por un breve periodo.

Repito: no se trata de una actualización mecánica. Es hora de volver al futuro.

lunes, 7 de julio de 2025

De vigas y pajas

 



Décadas atrás, cuando trabajaba en la campaña de un candidato a la Presidencia, recibí una llamada por teléfono fijo. La persona, a quien había conocido en otro contexto, me solicitaba una reunión reservada, casi secreta. Acordamos día y hora y, puntualmente, se apareció en la oficina. Tomando todos los recaudos que me había solicitado, empezó su alocución.

Me ofrecía “abundante documentación” sobre varias irregularidades que habría cometido el padre de uno de los candidatos oponentes, en función pública, insinuando que, con tales “pruebas”, se podía afectar la candidatura del hijo.

Por supuesto que no me mostró algo de aquello. Lo que quería era venderme información y seguramente esperaba, ansioso, que le preguntara sobre el precio de tan “generoso” hallazgo. Lejos de hacerlo, le pedí que se retirara, no sin antes recordarle que el candidato era el hijo, no el padre.

Supongo que el oficioso traficante anduvo con el mismo cuento por otras campañas, pero como nunca vi publicaciones al respecto, imagino que recibió una respuesta similar a la mía, lo que habla bien de un sistema de partidos que conocía límites a la hora de atacar a los rivales.

La pasada semana saltó a la luz la renuncia de una candidata a senadora a raíz de una “denuncia” vinculada a actividades ilegales de su padre, quien se encontraría cumpliendo pena de prisión en otro país.

Podría decirse que, por tratarse de un punto de eventual vulnerabilidad dadas las formas poco honorables del juego político en la actualidad, hubiese sido mejor no arriesgase a la postulación, aunque la renuncia, de algún modo, evita el objetivo real del avezado vocero -luego desautorizado por su jefe de campaña- cual era afectar al candidato a Presidente.

¿Merecía tal despropósito una respuesta/contrataque de parte de la campaña aludida? El propio candidato se encargó de restarle importancia, pero no faltó el torpe que devolvió gentilezas aludiendo al padre del vicepresidenciable contrario, cosa que ya se conocía y no había pasado a mayores, insinuando que la condición de éste era la fuente de financiamiento de la campaña de enfrente.

En buena hora, ambos personajes fueron criticados, aunque lo ejemplarizador hubiese sido apartarlos de sus respectivas alianzas. Algo es algo, sin embargo.

Esto también nos previene de que un hecho ampliamente conocido como es la participación del padre de un tercero en disputa en los hechos que culminaron en el asesinato de los esposos Andrade, en el Chapare. El hijo, seguramente, se encontraba cursando la secundaria; por tanto, no debería mezclarse en la pugna. ¡Hay tantas otras cuestiones personales que sí deben ser dichas!

Menos álgida, pero más extendida, es la tendencia a ver la paja en ojo ajeno que la viga en el propio, en el fragor de la batalla electoral.

Por tanto, ingresando a la etapa más dura, en términos de la definición electoral, habrá que calcular con precisión el calibre de los dardos a lanzarse unos a otros -si bien lo racional es que la discusión gire en torno a planes, programas y proyectos (tarea de los candidatos), la campaña es una breve toma de posiciones del contrario mediante diversas tácticas entre las que se cuentan las “bajas” por información sensible sobre los ocasionales rivales-, dado que, eventualmente, de darse una segunda vuelta -lo más probable es sea así- habrá que pactar, puesto que no se puede gobernar con “pajas”.

jueves, 12 de junio de 2025

Figuras sin definir (signos)

 




A diferencia de las elecciones post-2005 caracterizadas por una cerrada manipulación de los órganos del estado en favor del MAS, que permitieron que el señor Morales violara la Constitución a su gusto -ya en 2013, el TCP borró del mapa una gestión del susodicho para habilitarse a un nuevo mandato, y luego, el mismo ente, desconociendo el referéndum del 21 de febrero de 2016, volvió a habilitarlo, arguyendo un inventado derecho humano a la reelección indefinida-, las corrientes se presentan un poco más abiertas, gracias, en buena parte, a la fragmentación del propio MAS.

Si bien la figura de Morales Ayma se resiste, criminalmente inclusive, a cumplir los recurrentes, a escala nacional e internacional, fallos que dejan claramente establecida su inhabilitación, no es la que domina el escenario, salvo por el uso que hace de minorías eficaces para convulsionar al país.

También ocurrió que consecutivamente hubo un candidato de la oposición que impidió, al dispersar el voto, que otro mejor perfilado, llegara al menos a la segunda vuelta. Con esa lección, en 2019, el electorado concentró su voto en Mesa, pero el fraude montado por el régimen se interpuso en un probable triunfo de éste si se avanzaba al “balotage”. Luego, producto del desencanto con el gobierno de transición, la ciudadanía le regaló al MAS el actual periodo. Muy tarde para arrepentimientos.

Estamos, una vez más ante la posibilidad de que Bolivia se desembarace del régimen masista. He ahí la gran responsabilidad que la sociedad tiene en sus manos.

Entretanto, permítanme abordar un asunto marginal que va a pasar a formar parte de las agrias anécdotas de este proceso electoral, asunto que, en lo particular, o no lo había notado, o no lo hubo antes: el surgimiento de sujetos, por así decirlo, “pintorescos” que le han dado un toque bizarro al momento electoral que vivimos.

A la primera figura sin definir, como dice la canción de Soda Stereo, la podríamos caracterizar en la de la persona que le calienta el asiento – la cama, alternativamente- para para que ésta la ocupe una vez resueltas las trabas que le impiden hacerlo, digamos la certificación de solvencia. También podríamos llamarla “El candidato fantasma”, lo que le da un aura de misterio. Nunca hizo una aparición pública, pero, a objeto de registrarse como candidato a la Presidencia, cumplió con todos los requisitos para ello. Me pregunto qué siente este buen hombre al jugar tan curioso papel.

La segunda figura es la del personaje que, hecho un mar de lágrimas, comenzó a vociferar y a actuar contra gil y mil. Este individuo se convirtió en el terror de las siglas, amenazando a casi todas con borrarlas del espectro político. Protagonismo enfermizo o desubicación descomunal, el caso es que al exponerse tan ampliamente, salieron a la luz detalles curiosos de su personalidad -líos de faldas y una larga estadía estudiantil en la UAGRM-, lo que parece haber morigerado su comportamiento.

De yapa, tenemos a la dama que, como dueña de una sigla, se dio a la tarea de ofrecerla a cuanto paisano con ganas de candidatear se le asomara. ¡Hasta que, aparentemente, se sacó la lotería!

Ante la carencia de opciones, la sigla “casó” con el cocalero a quien años atrás había tildado de “asesino” y pasó de ello a defenderlo con uñas y, sobre todo, dientes, profiriendo amenazas de gran calibre haciéndole coro a su nuevo jefazo.

El podio del absurdo está ocupado por los tres. Signos.

miércoles, 28 de mayo de 2025

Soniandrónicopa (MAS de lo mismo)


Las rencillas internas motivadas por intereses particulares entre jerarcas del régimen harían pensar que, finalmente, dado que su principal figura ha quedado fuera del escenario -aunque sigue dando batalla mediante llamados a la convulsión si no se sale con su gusto-, Bolivia se habría, por fin, librado del monstruo que le infligió un daño inconmensurable.

Nada más lejano de lo cierto: el monstruo ahora aparece con tres cabezas visibles y algunas encubiertas. Vale decir que tres personajes criados a imagen y semejanza de Evo Morales Ayma pretenden continuar en el poder. Se trata de una dispersión relativa que, probablemente, tienda a reconcentrarse en una posible segunda vuelta, si acaso logra meter una de sus cabezas en ella. Lo hará por puro instinto de conservación en aras de reproducirse. De ocurrir algo así estaremos atestiguando lo impensable hace no mucho: el “voto útil” masista. Siendo optimista, y con un voto opositor también reunido, no le alcanzaría para ello. Todo depende de que el soberano caiga en cuenta de que, a pesar de la imagen joven/renovador/mujer que presenta este Cerbero es solo una extensión del proyecto más nefasto que se produjo en nuestro país. Y por más que, a efectos electorales, intenten diferenciarse, son exactamente igual de funestos para el futuro.

A su turno, sin éxito, cada uno de estos “evitos” intenta darle otra cara al “proceso”. En realidad, es la misma cara -con caras no del todo “nuevas”, puesto que vienen de medrar del Estado más de una década-. Al que más le cuesta romper el cordón umbilical con el jefazo es al señor Rodríguez.

Para certificar lo dicho hay que ver dos aspectos: sus “propuestas” y los sujetos que los rodean. En cuanto a lo primero, las tres cabezas pregonan una fe ciega en la “mátrix”: el infame proceso de cambio.

Rodríguez lo hace explícitamente: “No venimos a romper lo construido” cuando de lo que se trata es, precisamente, de desembarazarse de toda la podredumbre que ha generado el régimen durante veinte años. “Potenciar las empresas públicas”, las causantes de un desangramiento de recursos, es una de las “grandes ideas” compartidas dentro monstruo tricápita, así como el mismo léxico rancio: “organizaciones sociales”, “Estado plurinacional”, “revolución cultural”, etc.

Vayamos a lo segundo: el entorno.

Sonia está rodeado de los restos del tilinismo: empleados públicos, empezando por ministros y terminando en supernumerarios cuyo voto no si quiera está asegurado, a menos que ejerza un control-chantaje. De las tres, es la cabeza más pequeña, pero tiene algo que las otras no: un manejo residual de los órganos públicos, incluidos los más sensibles en el proceso electoral: el TSE y el TCP -el intruso desagradable- y cierto margen de operación para un desaconsejable fraude.

Rodríguez es la creatura del infame García Linera, cuyo distanciamiento del jefazo parece ser circunstancial, a decir de la candidata a Vicepresidenta en la dupla: “Sigo considerando mi jefe a Evo”. Cabe mencionar que dos promotores de la candidatura de Rodríguez se encuentran con “licencia”: Mario Cronenbold, siempre al borde de la sospecha e Israel Quino, consejero político de aquel, investigado por abuso sexual.

Finalmente, el de Copa: Iván Lima, evista-arcista-copista, principal gestor del putrefacto estado de la justicia actual y de otras maravillas, nada menos que su Jefe de Campaña; y el émulo de Linera, un campeón de la acomodación, nada menos que su acompañante de fórmula.

El monstruo en cuestión se llama Soniandrónicopa. MAS de lo mismo. 

 

miércoles, 14 de mayo de 2025

Estragos ocasionados por el "fuego amigo"

 




Auspiciosas. Así se veían las perspectivas para este año, cuando, a finales del pasado, se anunciaba la construcción de un bloque de unidad a partir de un acuerdo entre líderes que habían manifestado su intención de terciar individualmente en las elecciones generales a celebrarse el 17 de agosto. No solo eso: invitaban también a otros a sumarse al esfuerzo de unidad.

Demasiado bueno para ser cierto, y aunque hubo gestos de auténtico compromiso con el bien mayor -renuncias que parecían potenciar el proyecto- el ambiente interno comenzó a enrarecerse.

La forma de zanjar la elección del “número uno”, aunque poco ortodoxa, al gozar del consentimiento general lucía como un recurso idóneo: tres encuestas reservadas, bajo el compromiso de no difusión de las mismas y una vez conocidos los resultados, la designación de candidato de unidad, decisión que a esas alturas se había reducido a dos participantes, quienes ya habían comenzado lanzarse dardos públicamente.

En la antesala de darse a conocer el nombre del favorecido -aunque persisten dudas de si realmente hubo encuesta, dado el secretismo del proceso, cosa que al momento carece de importancia por lo que ocurrió ese instante- sucedieron dos hechos: Una encuesta pública -la de red Uno- mostraba a Doria Medina ligeramente por encima de Quiroga, lo que puso nerviosos a los asesores de éste y, casi simultáneamente, el TSE emitía la normativa para la realización y difusión de encuestas.

Convenientemente, Quiroga anunció su alejamiento del bloque de unidad alegando que ya no era tiempo de encuestas, como si la encuesta del esquema unitario fuera a hacerse pública y, por supuesto, lo hizo disparando munición de alto calibre contra el contrincante.

Hasta la fecha, contrariamente a los “temores” de Quiroga y compañía, no se conoce, repito, tal encuesta. Además, habiendo permanecido en el bloque uno solo de dos posibles nominados, resultaba hasta innecesaria la realización de aquella. Por defecto, Doria Medina se hacía de la candidatura.

A partir de entonces, no cesaron las mutuas recriminaciones entre ambos. Lo curioso es que, en determinado momento, desde el campamento del expresidente, ya en calidad de candidato, se le pedía al candidato por el bloque de unidad que mostrara la encuesta, cuando fue justamente la susceptibilidad de que se filtrara, incurriendo en la ilegalidad y posterior inhabilitación, el argumento que Quiroga utilizó para zafar de la unidad.

El más reciente episodio de hostilidad al interior del bloque fue la difusión de la infame “lista negra” que Luis Fernando Camacho, pieza fundamental del esquema unitario, colocó, cual bomba de tiempo, en el cuartel del equipo. El “fuego amigo” volvió a estremecer los cimientos de lo que quedaba del edificio.

Vamos a convenir en que, sobre todo por la posición sensata de Vicente Cuéllar, la construcción ha resistido, aunque ha sufrido graves fisuras que con seguridad repercutieron en la intención de voto, aunque podría esperarse que las aguas se calmen dentro del, sin duda, único esfuerzo serio de unidad de parte del campo democrático. Buena parte de lo que se podría ocurrir para remontar el mal momento, descansa en una adecuada elección de los acompañantes. Si dicha (s)elección refleja un auténtico cuadro de unidad, podría revertirlo.

Por otra parte, ya se avizora una estrategia del régimen para, a pesar de sus resquemores internos, no soltar el poder. Es tiempo de detener el “fuego amigo” y apuntar a donde corresponde.

miércoles, 30 de abril de 2025

Duplicados y gemelos

 


Cada elección trae consigo una serie de hechos que la van marcando, aunque, al final, lo que cuenta es el resultado y pocos recuerdan lo que sucedió en el camino. ¿Qué nos depararán las elecciones generales de agosto? Más allá del “wishful thinking” (“ganará tal”, “ganará cual”, de acuerdo al deseo de cada quien), el signo predominante es el de la incertidumbre puesto que, lejos de clarificarse, el panorama es disperso y confuso. Hubo otras en las que, más o menos a estas alturas, era relativamente sencillo predecir quién las ganaría -aunque, como recordaremos, podía no llegar a ocupar el trono presidencial-. Antes de que entrara en ejercicio la segunda vuelta -hablo del periodo democrático contemporáneo- el cargo presidencial podía recaer en cualquiera de los tres “finalistas”. En tal caso podía hablarse, con toda propiedad, de un “resultado final”, una suerte de elección en segunda instancia, la parlamentaria, que definía, vía pacto, la composición del nuevo Gobierno.

Con seguridad, más de la mitad de los votantes actuales aún no habían nacido cuando ello sucedía. Hay que aclararles que no había, en absoluto, ilegalidad alguna en tal procedimiento; se lo hacía siguiendo estrictamente lo estipulado en el artículo 90 de la CPE vigente entonces (la que había sido elaborada en 1967).

Aplicando tal mecanismo, por ejemplo, Jaime Paz Zamora (MIR) accedió a la Primera Magistratura en acuerdo con Hugo Banzer Suárez (ADN), relegando a Gonzalo Sánchez de Lozada (MNR). Acompañó a Paz Zamora, en el cargo de vicepresidente, Luis Ossio Sanjinés (PDC), que formaba parte de la fórmula de Banzer. Contra todo pronóstico -las críticas fueron inmisericordes al comienzo- hubo gobernabilidad, crecimiento y gestión. Lo reconocen incluso quienes, en su momento, manifestaron su desaprobación. Casos de corrupción muy sonados por entonces ensombrecieron en parte el buen gobierno que fue aquel. No se trata de hacer “corrupción comparada”, pero en relación a la que se dio en tiempos de Morales Ayma, aquella parece simple “avivada”.

Volviendo a lo nuestro, un caso curioso se dio, allá por comienzos de siglo, cuando más de un ciudadano -uno de ellos, emblemático futbolista- apareció inscrito oficialmente en las “planchas” de dos partidos políticos -en “franja de seguridad” para mayor detalle-. Obviamente se produjo una ola de críticas tanto a los partidos como a las personas, quienes no tuvieron otra opción que retirar sus nombres de ambas listas.

Una figura parecida, aunque a la inversa, se ha dado en el presente tiempo previo a las elecciones de agosto: Una sigla ha presentado “oficialmente” a dos personas como candidatos a la Presidencia. Si bien es normal que los partidos barajen varios nombres como potenciales “presidenciables”, otra cosa es hacerlo oficialmente.

El hecho no pasaría de la anécdota si no ocultase algo más profundo: el extremo deterioro de una parte del sistema de partidos, reducida a un vil mercado de siglas que, a falta de representantes propios, se ofrecen al mejor postor (en términos de negociación de “espacios”) sin el más mínimo rubor. La contraparte, es decir las personas-candidatos, no se libra de complicidad en la depauperación de la actividad política. Ciertamente a la hora del registro ante el Tribunal Supremo Electoral, solo uno de los “gemelos” será reconocido… aunque tal vez, a la manera de aquellos candidatos “duplicados”, ni uno ni otro, de pura vergüenza, hagan mutis por el foro.


miércoles, 16 de abril de 2025

De tunas, canes y persecuciones

 


No se trata de mezclar forzadamente temas de distinta naturaleza. Sí se trata de un asunto de proporciones, aunque admito que puede tratarse de un signo de estos tiempos.

Es que, a juzgar por las reacciones en las redes -y, en menor grado, en los medios tradicionales- ante tres hechos, todos ellos reprochables debo decir, no termina de sorprenderme la desproporción de dos de ellas con respecto a la tercera, en orden cronológico.

Reitero: No son los hechos propiamente dichos los que motivan esta columna, aunque es inevitable hacer referencia a los mismos, sino la cantidad y tono de publicaciones que se hicieron eco de aquellos. No tengo una estadística objetiva sobre esta cuestión, pero sí la percepción y el suficiente sentido común como para notar una inmensa diferencia entre uno y otros.

Estos sucesos son popularmente conocidos como: “Discriminación de un adulto mayor a una mujer que recolectaba tunas en un área pública”, “Agresión a un perro de parte de su dueño” y “Persecución y aprehensión de ciudadanos a raíz de un video elaborado en el Ministerio de Gobierno en el cual éstos aparecen en una lista de supuestos miembros del gabinete que acompañaría a Zúñiga en su Gobierno, luego del ‘golpe’ que éste protagonizó”.

Los dos primeros se conocieron por filmaciones de terceras personas, puestas en redes. El tercero, por el mencionado “documental”, presentado en el propio Gobierno, con la presencia del propio Presidente, en el auditorio del Banco Central de Bolivia (BCB) -¿por qué usar el auditorio de la entidad emisora para un acto eminentemente político y de mala leche?-

Sucede que en cuanto a diseminación por la red (viralización) los videos “privados” y los comentarios al respecto tuvieron una magnitud abismalmente mayor que la de la patraña montada por el régimen.

El punto es que ni las tunas, ni el can, ni el dizque golpe son el centro de sus respectivos acontecimientos; son las acciones humanas y las circunstanciales víctimas. La diferencia es que en los primeros no hay una planificación previa con el fin de dañar a animales o personas. En cambio, en la acción del régimen hay una producción cuidadosamente elaborada con el fin de dañar la honra de personalidades notables y perseguirlas políticamente. Ni la narrativa del “golpe”, ni el relato del supuesto “gabinete” aguantan un análisis medianamente riguroso.

Por eso me llama la atención que los feisbukers, equistores, tiktokers y demás criaturas de las redes no se hubieran indignado como lo hicieron con los otros acontecimientos. ¿Miedo?, ¿indiferencia?, ¿enajenación?, ¿desprecio?...

Mientras que en unos casos, las redes parecían haberse convertido en la Inquisición -contra las personas agresoras- en el otro, pese a su calidad de asunto público, es decir que afecta a la ciudadanía en conjunto, percibí una especie de prudente silencio. Fuimos pocos los que nos manifestamos contra semejante atropello a los derechos humanos y al honor de conciudadanos como nosotros. Lo peor es que el régimen continúa empeñándose en lastimar a la democracia y a quienes no se alinean con el mismo y las reacciones parecen darse de forma inversamente proporcional a la que desencadenan acontecimientos circunstanciales -no planificados, repito-.

Yendo más allá de a quienes se involucra en el grosero documental, como si se les hubiera escapado del guion, el régimen ha convocado a Édgar Villegas, el profesional que detectó el fraude de 2019, en calidad de testigo del supuesto golpe… y ni así hubo gran conmoción en las redes. Algo no encaja.