miércoles, 7 de abril de 2021

El día en el que me hice estronguista

 




(Texto publicado en la edición de homenaje por los 50 años de la tragedia de Viloco de la Biblioteca Stronguista, 2019)


Dos de la mañana, calle Juan Aguirre, San Pedro. En la medida en que el taxi que nos traía de vuelta se va acercando a la esquina Pioneros de Rochedale, se percibe un movimiento inusitado para ese lugar y a esas horas: dos automóviles tipo vagoneta, como suelen decir los agentes de Tránsito, y un contingente de civiles armados rodean el inmueble al que nos dirigimos. Los vecinos, seguramente alertados por los nada sigilosos movimientos del operativo, fisgan desde la oscuridad de sus livings.

Una vez más, como tantas otras, ese 1974 el club The Strongest se había coronado campeón del torneo paceño dejando en el segundo lugar a su acérrimo rival, el Bolívar. Esto quiere decir que el aurinegro jugaría el campeonato nacional en representación del departamento del Illimani. Así fue y también se hizo con el título absoluto.

Las cosas no eran como ahora, supongo. No habían derechos de televisión,  jugosos premios por clasificación a certámenes internacionales, ni nombres de  “sponsors” bordados en las camisetas de los equipos. El grueso del soporte económico de los clubs dependía de la recaudación por el aforo en los partidos y del desprendimiento de algunos directivos. En esas condiciones, se tenía que recurrir a actividades de apoyo para sostener los gastos que permitiesen avanzar deportivamente.

A manera de celebrar el título local y juntar unos pesos para sufragar la participación del Tigre en el Nacional, se organizó una peña en la sede de la Colón. Tanto habríamos jorobado mi hermano Jorge (10) y yo (12) a mis padres que se tomó la decisión familiar de que mi madre iría con nosotros a la fiesta y mi padre se quedaría en casa cuidando a los otros tres vástagos.

Estoy en la cabina de radio Deseo. En esta sesión hago un repaso al festival de Woodstock a cincuenta años de su realización y, para contextualizar, enumero algunos hechos sucedidos durante 1969, un año bisagra (antes de/después de) para la historia: con el telón de fondo de la guerra en Viet Nam, que mantiene en vilo al mundo aunque, salvo directamente involucrados, casi todos los países son ajenos a este conflicto. Sin embargo, en muchísimas ciudades occidentales, una generación de jóvenes melenudos se manifiesta por la paz.

Entre algunos de tales hechos, podemos citar la primera fertilización in vitro, el estreno del Concorde, la primera aeronave comercial que rompe la barrera del sonido, los primeros tumultos en marchas por los derechos de los gays, la llegada del ser humano a la luna, el festival de Woodstock y otros.

En nuestro medio ocurren también casos notables: en abril se produce el accidente, atentado dicen algunos, del avión que transportaba al presidente de entonces, René Barrientos Ortuño, y en agosto se inician oficialmente las transmisiones de Televisión Boliviana, toda una revolución.

Instituto Americano, turno tarde, segundo básico. Luego de que un funcionario de la institución le susurrara algo al oído, el grito desgarrador y posterior desmayo de la profesora, interrumpen la clase. Ese viernes, mi curso ya no la pasa. ¡A jugar, chicas y chicos! (¡Ah!, no había celular).

Sin saberlo aún, ese día me hice estronguista y, conmigo, una importante cantidad de estudiantes de mi tanda. Es que lo sucedido repercutió muy fuertemente en el colegio.

Volvamos al 74. La situación es muy confusa; hace minutos estábamos arengando al campeón y escuchando cuecas y huayños, y ahora alcanzamos a ver –si llegábamos un minuto después ya no lo hacíamos- cómo esos civiles armados sacaban a mi padre en pijamas –no le permitieron cambiarse- y lo introducían a un automóvil tipo vagoneta, como dicen los de Tránsito. Durante dos semanas no supimos nada de él, hasta que llegó un telegrama de Paraguay reportando que había sido exiliado al haber sido descubierto en actividades conspirativas contra el gobierno dictatorial de entonces.

El Tigre salió campeón nacional y, tiempo después, gracias a un decreto de amnistía, mi viejo volvió para reunirse con la familia.

La profesora había recibido la noticia de que un familiar suyo, Óscar Zubieta Cardona, a quien la prensa de la época describe como funcionario y articulista literario, había perecido en un accidente aéreo. Horas más tarde, al día siguiente, nos enteramos de que el papá de un compañero de curso también se encontraba en aquel avión y había sufrido el mismo desenlace. Todo era conmoción, porque ellos eran apenas dos de varias decenas de fallecidos, una parte de los cuales eran jugadores, cuerpo técnico y directivos del club aurinegro; el padre del compañero era Eustaquio Ortuño, exarquero y director técnico de The Strongest, en funciones al momento del accidente.

La historia del Tigre está llena de vicisitudes y de páginas gloriosas. Ese 26 de septiembre de 1969, hace 50 años, caló hondo en las fibras de una institución que forma parte del corazón de nuestra sociedad. El mundo lloró la pérdida y el club recibió la solidaridad de sus pares, particularmente de Boca Juniors, e inicio el operativo de resiliencia, a levantarse de sus cenizas, literalmente.

El espíritu de Viloco nos acompaña a los estronguistas en nuestra vida; no falta quien, como en mi caso, arma una mesa de Todos santos para los muchachos que están en la eternidad.

Como decía, sin saberlo aún, ese viernes 26 de septiembre de 1969, año también en el que opté por seguir a los Rolling Stones, me hice Tigre. Al año siguiente, mi familia nos mandó de vacación a Sucre a Jorge y a mí.

Estadio de Surupata: Stormers versus The Strongest. El primer partido del Tigre al que asistí.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Hermoso relato Puka, gracias!

pukacosa dijo...

Muchas gracias. Con todo sentimiento.

Anónimo dijo...

Hermoso broooooo se me lleno de lágrimas mis ojos 🖤💛🖤💛🖤💛